El diputado de Vox, Ignacio Gil Lázaro, ha tomado la palabra para abrir su habitual confrontación con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Tras cargar contra el responsable del ramo por la “falsa agresión homófoba de Malasaña”, ha insistido y exigido su dimisión. Sin embargo, éste, además de pedir a la ultraderecha que “no patrimonialicen España”, le ha pedido que se acomode porque “aún tiene para dos años”.

El diputado de Vox ha asegurado que el caso de la falsa agresión homófoba de Malasaña ha vuelto a demostrar la “vileza” del ministro del interior. Ha censurado que responsabilizase a Vox hasta el momento en que la Policía “descubrió la verdad”. “Entonces culpó a la Policía por no haberle informado antes”, ha agregado. Gil Lázaro entiende que su “conducta sectaria” le ha convertido en un “peligro” para la “libertad” de los españoles y en una “vergüenza” para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Por lo tanto, “en nombre de Vox”, ha reiterado su exigencia de dimisión.

“No tengo ninguna voluntad de dimitir. Siéntese y descanse, que tengo para dos años”, ha replicado Marlaska tras señalar que sus razones para pedir su dimisión son “falsedades”. Gil Lázaro le ha pedido que no se muestre “tan ufano”, aludiendo a la “quema ministerial” porque, según alega, se salvó de la misma debido a que a Sánchez “le falló su sustituta en el último minuto”.

Ni sus amenazas ni su violencia ni sus patrañas van a impedir que sigamos comprometidos en nuestro deber para con los españoles

El diputado de Vox ha acusado al titular de Interior de verter un “discurso del odio generalizado y a gran escala” con la intención de “criminalizar” a los cuatro millones de votantes de la formación ultraderechista y, así, “excluirlos de la vida política”. Ha vinculado este “discurso del odio” con “constantes” episodios de “violencia física” contra miembros y simpatizantes de su partido, alimentadas y facilitadas por el propio ministro, según Gil Lázaro.

En este sentido, ha advertido que la formación ultraderechista no se va a “achantar”. “Ni sus amenazas ni su violencia ni sus patrañas van a impedir que sigamos comprometidos en nuestro deber para con los españoles”, ha espetado. Gil Lázaro ha deslizado que el Gobierno sigue esta estrategia porque entienden que Vox es la única alternativa para desbancar a este Ejecutivo “inútil y sectario” nacido del “fraude de Sánchez en las urnas”.

El ministro del Interior ha tomado de nuevo la palabra para insistir en su petición inicial de “tranquilidad” y “sosiego”. “No exponga esa visceralidad que puede ser mal entendida”, ha replicado Marlaska, quien le ha recordado a Vox las “derrotas” de su formación en la aprobación de leyes como la del aborto, el matrimonio igualitario o la ley de la infancia. “Usted perdió y la sociedad nos apoyó. No patrimonialicen a España”, ha declarado antes de que Meritxell Batet le cortara el micrófono.