Este verano, tristemente, nos ha dejado un paraje desolador en Gran Canaria, donde se vivió el incendio forestal más grave de los últimos seis años en España, por su virulencia. Más de 9.000 personas tuvieron que ser evacuadas de sus casas por la proximidad del fuego y muchas de ellas fueron arrasadas.  Y es que, en la isla el fuego acabó con más de 10.000 hectáreas.

Aunque el incendió se controló el pasado 20 de agosto, sus consecuencias siguen y no todas a nivel medioambiental. Este fuego ha causado daños materiales, personales e incluso laborales.

Es el caso de un bombero forestal de las BRIF (Las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales) que trabajó duramente durante ocho días en las labores de extinción y que, ahora, ha sido sancionado con dos días de suspensión de empleo y sueldo por hacer unas declaraciones sobre lo allí ocurrido al medio digital Leonoticias.

Según denuncia ATBRIF, la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales, esta sanción supone una violación clara de uno de los derechos más fundamentales de los ciudadanos: la libertad de expresión.

Coartare la libertad de expresión no es el medio para mantener a este colectivo contento”, subraya la asociación.

Sin embargo, la empresa pública TRAGSA no ha visto con buenos ojos que el bombero hablase con los medios, pese a que no estaba en activo, pues habló en su tiempo libre, y sus palabras no rompen ningún tipo de confidencialidad o dificultaron la labor de los bomberos.

“Queda mucho curro, pero columna conflictiva no hay en estos momentos”, “en principio haremos el turno completo hasta el sábado, pero luego veremos” o “en Castrocontrigo (una de las zonas afectadas por las llamas) se quemaron casi 12.000 hectáreas y el trabajo fue inmenso”, son algunas de las declaraciones por las que el bombero se enfrenta ahora a una sanción de dos días sin empleo ni sueldo.

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Palabras que según la asociación de trabajadores “ni expresan ni muestra ningún secreto o confidencialidad que no se pueda consultar en otros medios de comunicación, así como del funcionamiento de las BRIF, que se puede consultar en la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación”.

Otros casos llamativos

Parte de la zona afectada por el incendio de la isla de Gran Canaria. EP

En 2014, la misma empresa pública ya intentó sancionar a otro bombero. En esta ocasión fue con cinco días de empleo y sueldo por hacer una fotografía en un incendio, imagen que se publicó en las redes sociales de la asociación de trabajadores.

Esta sanción fue tan reprochada que incluso se celebró una huelga de 107 días. Esto “dio más fuerza para divulgar y difundir aún más si cabe nuestra profesión”, recuerda la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales. “No se puede invisibilizar nuestro trabajo”, añaden.

Porque su denuncia es doble. No sólo por la sanción al bombero; sino también porque consideran que no se informa adecuadamente de sus labores y tampoco les dejan hacerlo a ellos.

Las BRIF se juegan la vida por cuidar el patrimonio natural de nuestro país y de los bienes y personas que en él habitan. Pero la respuesta de quienes la gestionan es esta: coartar, censurar, amordazar y sancionar a sus trabajadores en vez de cuidar a unos profesionales que siempre dejan el nombre de la BRIF y, por ende, de sus gestores, en lo más alto gracias a su trabajo, sudor y esfuerzo diario y por poco más de 1.000 euros al mes”, denuncia la asociación.

“Este colectivo no se resigna y seguirá luchando por divulgar y mejorar una profesión que, hasta hace bien poco, estaba denostada; pero que siempre ha sido esencial para el bienestar del mundo rural y del medio ambiente”.

Y por todo ello, avisan: “Si ellos no quieren promocionar nuestro trabajo, lo seguiremos haciendo nosotros”, destacando que jamás, en 27 años de labores, habían sancionado a un trabajador por hablar con la prensa.