El Juzgado de Instrucción 4 de Madrid ha citado a declarar como imputados, el próximo octubre, a los 12 policías que, en la madrugada del 9 de diciembre, entraron sin orden judicial en una vivienda en el distrito de Villaverde, al sur de Madrid, tras ser alertados por un vecino. Los cinco ocupantes de la casa fueron detenidos por atentado a la autoridad tras ser acusados de impedir su identificación e impedir el registro. Ellos, por su parte, han denunciado a los agentes por allanamiento de morada.

Los hechos ocurrieron en el número 14 de la calle Pan y Toros, en el madrileño distrito de Villaverde. Según recoge el atestado policial, que adelanta El País, un coche patrulla se desplazó al lugar tras recibir la llamada de un vecino que denunciaba que en una de las viviendas se estaba produciendo “una fuerte reyerta” y se escuchaban “fuertes gritos de una mujer, así como a un niño pequeño llorando”.

Los agentes explicaron en su informe que, mientras subían al piso, pudieron escuchar “un fuerte escándalo y golpes” que continuaron después de que ellos llamaran “insistentemente a la puerta”.

Los agentes pretendían comprobar el estado de la mujer y el menor

Los agentes aseguraron que las personas que estaban en la casa se negaron a abrir la puerta y que, cuando finalmente uno la entreabrió “escasos centímetros”, se dirigió a ellos con “una actitud activa y chulesca, y poco colaboradora”. Según el atestado, los agentes le informaron de que debían “comprobar la integridad de la mujer y el niño” que se encontraban en el piso, pero los ocupantes se negaron a dejarles pasar mientras  les insultaban y amenazaban.

El atestado policial dice que los coupantes de la vivienda siguieron con los insultos cerca de 20 minutos, hasta que empujaron “fuertemente” la puerta para cerrarla y pillaron el pie de un policía, que intentaba evitarlo. Otro agente utilizó entonces un spray de gas pimienta hacia el interior del piso para que cesara la presión y su compañero pudiera retirar el pie. Los policías contactaron con su superior, que les autorizó a actuar “ante la posibilidad de que en dicha vivienda se haya producido un hecho violento con peligro para la integridad física de una mujer (la cual pedía auxilio por la ventana) y un menor de edad que estaba sollozando”.  El artículo 553 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal permite la entrada de la policía en un domicilio si hay constancia de que se está cometiendo un delito flagrante.

El menor estaba con cinco hombres drogados

Según relatan los agentes, el “gran estado de excitación y violencia” de los hombres les hacía temer “que algo grave pudiera haber sucedido en el interior de la vivienda”, desde donde habían escuchado a una mujer gritar por el balcón: “Ayuda, ayuda, que me matan. Por favor, ayuda, policía”.Los policías intentaron derribar la puerta, aunque solo lograron desencajarla del marco. Finalmente, los ocupantes dieron acceso al interior de la vivienda donde, según el atestado, opusieron resistencia “de manera activa” a su detención, lo que provocó lesiones a los agentes.

El informe explica que el piso estaba “totalmente revuelto y lleno de bebidas alcohólicas” y que resultaba “evidente” que “el menor no se encontraba en la mejor situación posible, compartiendo vivienda con cinco varones con evidentes síntomas de haber consumido sustancias estupefacientes a altas horas de la madrugada”.

El informe va acompañado de fotografías de botellas, latas de cerveza y vasos que los agentes encontraron en la cocina y el salón del domicilio. Horas después y tras pasar por comisaría, los cinco quedaban en libertad.

Los arrestados denuncian insultos xenófobos

Los arrestados alegaron, por su parte, que en todo momento colaboraron y estuvieron dispuestos a identificarse, aunque admiten que, durante el diálogo que mantuvieron con los agentes a través de la puerta entreabierta intentaron cerrarla para ir a recoger sus documentos de identidad, pero que no pudieron porque un agente puso un pie y una porra para impedirlo. Ellos aseguran que recriminaron a los agentes esta actitud porque “no podían acceder al interior de la vivienda sin una orden judicial”.

Los ocupantes de la vivienda en su defensa niegan que no quisieran colaborar con los policías y que "fueron objeto de golpes, porrazos, patadas y puñetazos desde que salieron de la vivienda y hasta llegar a la comisaría”, Además, denuncian insultos xenófobos, por parte de los policías, por su origen latino

Cuando ocurrieron los hechos estaba en vigor el segundo estado de alarma y las restricciones impedían las reuniones de más de seis personas no conviventes en los domicilios. La Fiscalía aún no se ha pronunciado en este caso.

La Audiencia imputó a otros seis policías por entrar en un piso

La imputación de los 12 agentes se produce después de que, en junio, la Audiencia Provincial de Madrid archivara la causa abierta contra nueve jóvenes que fueron detenidos por la Policía para poner fin a una fiesta celebrada en la calle Lagasca, que contraponía el estado de alarma. El tribunal ordenó que se investigara a los seis policías que actuaron entonces derribando la puerta de la vivienda.