La crisis sanitaria provocada por el SARS-CoV-2 obligó hace algo más de dos meses a los hospitales a parar la mayor parte de su actividad ordinaria y establecer nuevos protocolos . En todo este tiempo, los profesionales sanitarios han tenido que ir haciendo frente a los numerosos retos que se le han puesto por delante y los han superado con éxito, gracias, sobre todo, a su “gran capacidad de coordinación y adaptación”.

Así se pone de manifiesto en el artículo ‘Gestión de personas, funciones y recursos durante la epidemia Covid-19’, que han publicado en la revista digital ‘New England Journal of Medicine Catalyst, Innovations in Care Delivery’, los doctores Raquel Barba, Cristina Rosado, Juan Rey y Javier Pardo, miembros de la Dirección del Hospital Universitario Rey Juan Carlos.

"La agilidad en la respuesta y la flexibilidad de las personas son, probablemente, dos de las características principales necesarias a la hora de afrontar una pandemia", destacan los profesionales de este centro, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.

Estas dos cualidades, subrayan, sido claves para poder afrontar la situación más complicada a la que se ha enfrentado el sistema sanitario en décadas y que ha precisado realizar modificaciones a una velocidad de vértigo.

En este sentido, recuerda el Dr. Barba, el problema más difícil que ha habido que abordar ha sido “la incertidumbre sobre cuándo y cómo íbamos a necesitar hacer los cambios". “El centro contaba con importantes fortalezas”- indica el gerente del HURJC- "un equipo de profesionales jóvenes y bastante acostumbrados a los cambios, unas instalaciones modernas y con posibilidades de ganar nuevos espacios, y un hospital muy tecnológico que nos permitía implementar medidas adecuadas la situación".

Personal Hospital Rey Juan Carlos

Y es que el número de casos de Covid-19 creció de forma exponencial en pocos días. Si el 3 de marzo se diagnosticaban los primeros casos en este centro, solo diez días más tarde, se superaba el centenar y a finales del mes la ocupación en la Unidad de Cuidados Intensivos era ya de más del 90%.

Por ello, para gestionar la crisis fue necesario duplicar las habitaciones-se pasó de 292 camas a 493- ampliar la UCI con cinco puestos más, hasta llegar a los 23; y añadir 18 más que se instalaron en la zona de reanimación del bloque quirúrgico.

Evaluación y adaptación diarias

Del mismo modo, se realizó una evaluación y adaptación diarias, de manera que “alcanzamos cierta estabilidad en las funciones solo cuatro días después de la declaración del Estado de Alarma” apunta por su parte la Dra. Rosado, directora médico del hospital.

Urgencias, que fue el primer servicio que entró en contacto con el Covid, “expandió los espacios para atender a estos pacientes, con el apoyo de Medicina Interna y Medicina Intensiva, y, con Neumología, pasaron a ser ‘servicios de primera línea’”, relata.

La Urgencia de adultos se transformó en Urgencia Covid y la Urgencia Pediátrica en urgencia para población infantil y no Covid, y toda la hospitalización “pasó a dar cobertura a pacientes afectados”, apunta el Dr. Pardo, director médico y de Sostenibilidad Asistencial. Del mismo modo, “ un 75 por ciento de la Reanimación postquirúrgica se transformó en Unidad de Cuidados Intensivos, conservándose el resto como área quirúrgica para cirugías urgentes, cesáreas y pacientes de UCI no Covid”. Neumología, por su parte, constituyó la Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios para pacientes con ventilación mecánica no invasiva y el resto del área médica y quirúrgica destinó recursos para apoyar a los facultativos de "primera línea".

Por último, en lo que respecta al bloque quirúrgico, “se creó un circuito diferente para los partos, se formó un equipo de traqueotomías tempranas para atender a los pacientes ingresados en la UCI y se estableció un listado de pacientes prioritarios, mayoritariamente oncológicos, para poder ser intervenidos por equipos de las distintas especialidades dentro un circuito limpio", resume este médico.

Quirófano Hospital Rey Juan Carlos.

Equipos de apoyo y telemedicina

Para organizar estos cambios de rol de la manera más eficaz “se definieron las necesidades y tareas a realizar en cada uno de los puestos y la persona asignada a cada actividad cada día en una planilla actualizada en tiempo real y disponible en la intranet del hospital”, explica el Dr. Rey, director de Innovación Sanitaria.

Del mismo modo, aunque la actividad asistencial no Covid se redujo significativamente, "se realizó un gran esfuerzo informativo para intentar mantener las consultas externas y pruebas complementarias de forma no presencial, telefónicamente o a través del Portal del Paciente, facilitando la identificación de los casos que necesitaban atención presencial preferente o no demorable", apunta.

Otro de los pilares de la organización se centró en el seguimiento telefónico de los pacientes afectados por el coronavirus en su domicilio habitual, en la información diaria a los familiares de los ingresados por Covid, y en el seguimiento de los profesionales infectados y la comunicación de los resultados de las PCR a los sanitarios responsables de los hospitalizados.

Enfermería, EPIs y protocolos

A esto hay que añadir, por último, el refuerzo que se llevó a cabo del personal de Enfermería, ajustando las ratios para poder asumir las cargas de trabajo, el control y reparto responsable de los equipos de protección individual, y las reuniones diarias de los equipos de "primera línea" para consensuar protocolos terapéuticos, poner en común la situación de los pacientes y valorar posibles altas, tanto a domicilio como a hoteles medicalizados o residencias.

Sello AENOR

Superada la crisis, el Hospital Rey Juan Carlos afronta ahora una nueva etapa centrada en la recuperación de su normal funcionamiento, con los recursos preparados, eso sí, por si se produjese un nuevo repunte.

Y lo hace con la garantía de estar avalado por AENOR, que acaba de certificarlo como ‘Hospital Protegido Covid-19’.

Este sello distintivo reconoce y acredita el trabajo y el compromiso del centro y lo identifica y confirma como espacio protegido y saludable, tanto para el personal como para los pacientes, controlado y alineado con los estándares más exigentes frente a la pandemia del coronavirus.

Hospital Rey Juan Carlos

El HURJC es el primer hospital de la sanidad pública en lograr este distintivo, tanto a nivel regional como a nivel nacional.

Para lograrlo, la empresa auditora ha llevado a cabo un exhaustivo análisis de todos sus protocolos, procedimientos y medidas implementados para reducir al máximo el riesgo de contagio por Covid-19. En este sentido se ha tenido en cuenta el entorno físico, las medidas de seguridad, higiénicas, técnicas, de distanciamiento social, organizativas, de seguimiento del personal y de control de acceso, el estado físico de pacientes y familiares, y la capacidad de prestar servicio en un contexto seguro a todos los pacientes que puedan necesitarla, estén o no afectados por el coronavirus.

Por otro lado, AENOR ha tenido en cuenta cómo se ha gestionado la crisis, las medidas que se han implementado para la desescalada y cómo se ha ido reanudando progresivamente la actividad asistencial.

Con la emisión del certificado, avala que “ cualquier persona con una enfermedad o problema de salud recibirá atención sanitaria en un lugar seguro”, concluye la dirección del centro.