La Navidad, un hito anual resaltado en rojo en incontables calendarios, convoca a millones en torno a la calidez del hogar y el vínculo familiar. Estos días se erigen como un puente emocional, donde compartir y crear memorias de alegría se vuelve la prioridad universal. En este sentido, el invierno de 1914 vivió un episodio memorable, inaudito e insólito. Unos meses después del inicio de la Primera Guerra Mundial, una mecha se prendió por todo el frente occidental para dar lugar a uno de los episodios más emotivos en este terreno bélico. En el día de Nochebuena se llevó a cabo un alto al fuego entre los bandos de los alemanes y los británicos para conmemorar la celebración del 24 de diciembre colocando adornos en las trincheras y cantando villancicos.

Este épico episodio comenzó en la víspera de Nochebuena, cuando los soldados del ejército alemán se dispusieron a colocar los escasos adornos navideños de los que disponían en sus trincheras bajo el frío y la nieve y a cantar el popular villancico ‘Noche de Paz’ en alemán. Al tiempo, los del bando de los aliados, franceses y británicos, al escuchar a sus enemigos respondieron entonando melodías en francés e inglés. Tanto soldados como oficiales soltaron los fusiles para celebrar juntos esta festividad navideña.

Este gesto espontáneo cargado de melancolía por estar inmerso en el trágico episodio en el que se desarrollo ha pasado a la historia como la Tregua de Navidad y se propagó desde Ypres, la localidad belga epicentro del suceso, hasta varios lugares del frente occidental. Por unas horas y, en algunos lugares, días, se abandonaron las armas para enterrar dignamente a los muertos, compartir la comida, cantar canciones navideñas, intercambiar regalos e incluso jugar al fútbol.

El alto al fuego no oficial se prolongó hasta el día de Navidad en algunas zonas, pero en otros puntos se extendió hasta Año Nuevo. El partido de fútbol que se disputó también ha sido recordado y conmemorado. Según cuenta la leyenda, los alemanes ganaron el encuentro por tres goles frente a los dos de los aliados.

Recuerdos y conmemoraciones

En el mundo del fútbol también se ha reconocido este partido. En 2014, con motivo del centenario de la Tregua de Navidad, la UEFA organizó un homenaje con diversas personalidades de la política y del fútbol. A medio camino entre las localidades belgas de Ypres y Comines-Warneton se organizó un partido y se descubrió una escultura que honra el suceso en memoria de quienes lo protagonizaron.

Además de este partido de fútbol, los combatientes intercambiaron ropa, comida y tabaco, se mostraron imágenes de sus familiares y entregaron a los soldados fallecidos. Todo ello ocurrió sin que los políticos y generales supieran nada de la tregua, aunque cuando se enteraron no gustó nada. La Tregua de Navidad supuso un antes y un después en la guerra, un momento en el que se abandonó la ideología de odio hacia el enemigo y las armas para compartir risas y reencuentros con humanidad.

La película francesa ‘Feliz Navidad’, de 2005 y protagonizada por Diane Kruger, Benno Fürmann y Daniel Brühl, recoge este hecho histórico y permite hacerse una idea de lo que sucedió en la lejana Nochebuena de 1914. Este film llegó a estar nominado a los Oscar como mejor película de hablo no inglesa. Por otra parte, el vídeo de Paul McCartney titulado ‘Gaitas de paz’, de 1983, también es un buen reflejo de este suceso en el frente occidental de la Gran Guerra.