Una semana después de la tragedia de Barbate, la investigación sigue abierta con dos de los ochos detenidos en libertad con cargos. Los otros seis, que tripulaban la narcolancha que acabó con la vida de dos agentes de la Guardia Civil el pasado viernes, pertenecientes al GEAS y al GAR, se encuentran desde el lunes en prisión provisional, comunicada y sin fianza

Tras lo sucedido, la Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC) ha pedido reunirse con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y ha abierto una investigación interna para analizar las condiciones de uso de la zódiac en la que se encontraban los dos agentes fallecidos. En este sentido, la AUGC denuncia que la patrullera de la Guardia Civil medía tan solo seis metros frente a los 14 metros y cuatro motores de la narcolancha. Además, las cinco patrulleras que tenía la Guardia Civil en Cádiz encargadas de luchar contra el narcotráfico, estaban todas averiadas. Las protestas no solo proceden de la Benemérita, sino también de aquellos más cercanos a los guardia civiles fallecidos. Así, la madre de Miguel Ángel González, ha denunciado la escasez de medios con los que contaban y culpa la muerte de su hijo a que “lo montaron en un flotador contra una narcolancha”.

Así son las nuevas patrulleras

No obstante, desde el Ministerio del Interior ya se ha anunciado la incorporación de seis nuevas patrulleras con las que la Guardia Civil podrá realizar este tipo de operaciones en el medio marítimo. Para ello, hay abiertos dos procesos de contratación pública. Uno de ellos, que ya se encuentra en proceso de fabricación, incluye tres patrulleras de alta velocidad. La entrega de dos de ellas está prevista para mayo y junio de este año, y la tercera podría estar para abril de 2025. Además de estas, está prevista la adquisición de otras tres por 7,5 millones de euros

Estas nuevas incorporaciones, que aumentarán la seguridad de los agentes en operaciones contra el narcotráfico, responden al modelo Aister HS60. Esta tiene 18 metros de eslora y dos motores MAN, cada uno de 1.800 cv. El casco, de aluminio, le proporciona la capacidad de hacer giros bruscos y le permite pasar de altas velocidades a cero en un espacio de 36 metros. En concreto, se trata de las patrulleras Río Flumen, “la lancha más rápida del mundo”, según informó Aister, y Río Corneja.