Una decena de agentes de la Guardia Civil repartidos en tres unidades distintas de Alicante estaban a cargo de custodiar las vacunas contra el coronavirus y su adecuado traslada hacia las residencias de mayores, el primer grupo poblacional vacunado a finales de diciembre y principios de enero.

Sin embargo, estos se administraron las dosis sobrantes en los últimos días de 2020 de los distintos centros a los que acudieron y ofrecérselas el personal médico. Se trataría de ocho efectivos y un teniente del cuartel de Dénia y otras agentes de Benidorm y Torrevieja, según publicaba el diario Levante-EMV.

La vacunación se llevó a cabo en centros de mayores al tratarse de las patrullas encargadas de custodiar las dosis que debían administrarse en estos centros cuando arrancó el periodo en la autonomía y fueron ofrecidas por el personal médico de las instalaciones porque "se iban a tirar a la basura", tal y como han confirmado fuentes del instituto armado a Europa Press.

La justificación de la institución armada

Desde la institución se ha trasladado que "en ningún momento se ha incumplido ningún protocolo ni regla" y que "no ha existido ni premeditación ni alevosía", ya que dichas unidades eran las encargadas de supervisar el desarrollo y proceso de vacunación y fueron, en consecuencia, los sanitarios los que les ofrecieron las dosis en vez de desecharlas.

Del mismo modo, explican que cuando el general jefe de la zona de la Guardia Civil tuvo conocimiento de lo ocurrido, remitió el 10 de enero una aclaración después de consultar la situación con la Conselleria de Sanidad en la que adjuntaba la prohibición a todos los efectivos de recibir las dosis.

"El propio personal sanitario ofreció ponérsela, explicándoles que eran dosis sobrantes y que serían desechadas. Esta información se trasladó a la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana, la cual aclaró que no podía ser vacunado nadie sino conforme a los protocolos establecidos", asegura la Comandancia.

El instituto armado insiste en que "no se ha incumplido ningún protocolo" y que advirtió a los agentes después de hablar directamente con Salud Pública para "corregir" cualquier comportamiento. Por su parte, la Conselleria de Sanidad no abrirá investigación ni impondrá denuncia formal.