Polémica y fútbol femenino siguen caminando de la mano. Al goteo constante de informaciones sobre el caso Rubiales, que ha desplazado la histórica victoria del Mundial a un segundo plano, se le suma las reivindicaciones de las futbolistas para mejorar tanto sus condiciones laborales como su salario. Una vieja controversia que lleva arrastrando el fútbol femenino el último lustro y que solamente se ha ido solucionado parcialmente a base de parches. El problema de este tipo de soluciones cortoplacistas es precisamente que son pan para hoy y hambre para mañana. Y esto es precisamente lo que está volviendo a pasar, puesto que cada vez es más posible que la Liga F, la máxima competición a nivel femenino, no arranque cuando debería a causa de una nueva huelga.

En este sentido, en un movimiento que podría tener un impacto significativo en el mundo del fútbol profesional, los sindicatos de futbolistas han anunciado una huelga que se llevará a cabo en las dos primeras jornadas de la competición a partir del 8 de septiembre de 2023. La medida de fuerza tiene como objetivo principal la firma de un nuevo convenio colectivo que incluye un aumento progresivo de salarios hasta alcanzar un sueldo mínimo anual de 30.000 euros brutos para las jugadoras, así como la eliminación de la parcialidad laboral, que actualmente se encuentra en un 75%.

Así, a escasas horas del 8 de septiembre, patronal, encabezada por la presidenta de la Liga F Beatriz Álvarez, y sindicatos (FUTPRO, AFE, Futbolistas ON, CCOO y UGT) encadenan reunión tras reunión sin llegar a ningún tipo de acuerdo que desencalle la situación. De hecho, este mismo martes ambas partes volvían a sentarse en la mesa para evitar paralizar una vez más el fútbol femenino español. Sin embargo, en la reunión del martes (al igual que la del lunes), se ha vuelto a evidenciar que las posturas sigues bastante distanciadas. Así, después de tres horas de reunión, lo único que se ha acordado es seguir hablando el miércoles por la mañana.

¿Cuáles son las reclamaciones de las futbolistas?

El punto de mayor discordia entre los sindicatos y la patronal se centra en los salarios. Mientras los sindicatos luchan por un aumento significativo que elevaría el salario mínimo desde los 16.000 euros brutos anuales actuales, la patronal busca mantener la cifra establecida en el convenio anterior, que rige desde julio de 2019. Es importante destacar que, en comparación, los jugadores masculinos de fútbol profesional tienen un salario mínimo de 182.000 euros anuales según sus convenios.

La convocatoria de la huelga se ha producido como resultado de lo que los sindicatos han calificado como un "bloqueo" en las negociaciones del convenio colectivo. Buscan, a través de esta medida de fuerza, presionar a la patronal para llegar a un acuerdo que considere las demandas de las futbolistas y reduzca la brecha salarial existente en el fútbol profesional.

Las jornadas de huelga están programadas para la 1ª y 2ª jornada de la competición, desde las 00:00 horas del 8 de septiembre hasta las 24:00 horas del 10 de septiembre, y luego desde las 00:00 horas del 15 de septiembre hasta las 24:00 horas del 17 de septiembre.

FUTPRO avisa sobre la posible pérdida de talento

Por su parte, FUTPRO, el sindicato mayoritario de fútbol femenino, recalcó que lleva desde el 2022 solicitando "un trato justo y digno" para las futbolistas de cara a "lograr reducir la brecha salarial existente, condiciones de maternidad dignas, entre otras cuestiones", y se quejó de la "situación de estancamiento" en estas negociaciones.

"Desde FUTPRO nos gustaría remarcar que La liga F es una de las mejores ligas del mundo a nivel de talento, donde juega la mayor parte de las actuales campeonas del mundo, por lo que el salario de sus protagonistas debe ir acorde a ello, porque si esto no ocurre perderemos ese talento a favor de ligas extranjeras que si les aportan condiciones laborales dignas", señaló el sindicato que preside Amanda Gutiérrez.

La asociación considera que este "es un momento clave para defender los derechos laborales" de las futbolistas profesionales y de "tener el compromiso de que desde las instituciones que componen la industria del fútbol femenino apuestan por su desarrollo y por el bienestar de las protagonistas".