La mascarilla, ese complemento de la pandemia que ha sido inseparable para toda la población durante dos años, ahora quedará guardada como recuerdo en un cajón. Pronto quedarán como un símbolo más que se relacione con la covid-19, ya que llegarán prácticamente a su fin este miércoles 20 de abril después de haber prevenido de miles de contagios.

A pesar de que el virus sigue circulando, esta decisión ha sido avalada por el Gobierno de España y por las autoridades sanitarias después de tener en cuenta la propia evolución del virus y, en mayor medida, las altas coberturas de vacunación de la ciudadanía, con más del 90%. Este martes el Consejo de Ministros hará una modificación en la ley para que la mascarilla en espacios exteriores deje de ser obligatoria, siendo únicamente requerida para el transporte público, hospitales y residencias de mayores.

Sin embargo, en otros ámbitos como los laborales serán las empresas quienes determinen si se mantiene su uso o no. En cualquier caso, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, continúa aconsejando que la gente utilice la mascarilla en espacios interiores con mala ventilación, así como en aglomeraciones al aire libre.

La curva de la mascarilla

La pandemia empezó a expandirse a todos los rincones del planeta a principios de 2020, y fue en el mes de marzo cuando comenzó a amenazar la cotidianidad de los españoles. No obstante, y debido a que toda la población se encontraba confinada en sus casas, la mascarilla se hizo obligatoria el 20 de mayo de dicho año, es decir, al final de la primera ola y cuando la gente volvía a pisar las calles.

Con el fin del primer Estado de Alarma cesó su uso indispensable, aunque fueron las comunidades autónomas las que lo generalizaron, especialmente en interiores, donde es más probable que se dé la infección. Con la consiguiente evolución del virus, en verano de 2021 dejó de utilizarse al aire libre pero, con la amenaza de ómicron, se retomó la medida con carácter urgente durante las fiestas navideñas.

El pasado 9 de febrero, el Gobierno fijó el fin de las mascarillas en exteriores y, hasta la fecha, se ha mantenido en interiores. Con la normalidad prepandemia ya asentada, se preveía que su cese en interiores se daría más pronto que tarde. La situación epidemiológica actual, con datos del informe oficial de Sanidad del 12 de abril, sitúa a España con una incidencia acumulada inferior a las de otros países de Europa con 435 casos en mayores de 60 años.

Camino hacia la “gripalización”

Esta decisión se suma así al camino hacia la “gripalización” de la pandemia, es decir, los pasos a seguir hasta considerar al virus como una enfermedad respiratoria más. Para ello, desde el pasado mes de enero Sanidad empezó a fraguar el plan centinela que, actualmente, está a punto de consumarse.

Con este se tomaron relevantes modificaciones en cuanto a las cuarentenas por el virus -que han pasado de ser obligatorias al dar positivo a ser obligatorias solo para los casos graves y vulnerables-, y la contabilización de los positivos -de publicarse diariamente a reflejarse en el informe oficial dos veces por semana-.

Discrepancias en Europa

Durante los dos años de pandemia, Europa se ha coordinado en múltiples aspectos a la hora de contener los contagios pero, en lo relativo a las mascarillas, aún hay discrepancias. Por un lado, Portugal, Eslovaquia y Malta son los claros ejemplos de la confianza en este complemento para evitar la propagación del virus en espacios interiores. Mientras que en la otra cara de la moneda, la mayoría de países ya iniciaron hace meses la cuenta atrás para eliminar esta medida también en exteriores: Finlandia, Reino Unido, Francia, Alemania o Bélgica, entre otros.