La Junta de Castilla y León confirmaba este jueves, a través de la Dirección General de Salud Pública y su Servicio de Epidemiología, un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (F.H.C.C) en un varón de Salamanca tras la picadura de una garrapata.

El paciente permanece ingresado en estado estable a pesar de la gravedad de esta patología, en aislamiento, y se han adoptado las medidas epidemiológicas y asistenciales previstas, tanto en lo referido a su tratamiento como a la identificación y control de contactos.

Ante este suceso, y con los estragos que está causando la crisis del coronavirus, muchas son las personas que se han preguntado el origen de este virus y sus posibles consecuencias. Unas preguntas que la Organización Mundial de la Salud (OMS) resuelve de la siguiente manera. “La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad muy extendida causada por un virus (Nairovirus) de la familia Bunnyaviridae transmitido por garrapatas. Este virus causa graves brotes de fiebre hemorrágica viral, con una tasa de letalidad de entre un 10% y un 40%. La FHCC es endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia en los países situados por debajo de los 50º de latitud norte, que es el límite geográfico de la garrapata que constituye su vector principal”, afirma el organismo en su página web.

Entre los huéspedes del virus de la FHCC figuran una amplia variedad de animales salvajes y domésticos como vacas, ovejas y cabras. Muchas aves son resistentes a la infección, pero los avestruces son vulnerables y pueden mostrar una alta prevalencia de la infección en las zonas endémicas, donde han sido identificados como el origen de casos humanos. Por ejemplo, un brote anterior se produjo en un matadero de avestruces en Sudáfrica. Estos animales no parecen sufrir la enfermedad. Los animales se infectan por la picadura de garrapatas infectadas y el virus permanece en el torrente circulatorio durante aproximadamente una semana tras la infección, de modo que, cuando otra garrapata pica al animal, se perpetúa el ciclo garrapata-animal-garrapata. Aunque hay varios géneros de garrapata que pueden verse infectados por el virus de la FHCC, Hyalomma constituye el vector principal.

Transmisión

En cuanto a la transmisión del virus, se transmite a las personas ya sea por la picadura de garrapatas o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados durante o inmediatamente después de la matanza. La mayoría de los casos se han dado en personas relacionadas con la industria ganadera, como trabajadores agrícolas, trabajadores de mataderos y veterinarios. Asimismo, también puede haber transmisión entre seres humanos en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas. También se producen infecciones nosocomiales como consecuencia de la mala esterilización del equipo médico, la reutilización de agujas y la contaminación de los suministros médicos.

Signos y síntomas

Por último, en lo que respecta a los signos y los síntomas del virus de la FHCC, la duración de esta depende del modo de contagio del virus. El periodo de incubación es generalmente de uno a tres días, después de la picadura de la garrapata. Hay casos que este plazo se puede demorar incluso hasta un máximo de nueve días. “Los síntomas comienzan de forma súbita, en forma de fiebre, mialgia (dolor muscular), mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia detectable. Otros signos clínicos posibles son taquicardia (aumento del ritmo cardiaco), adenopatías (inflamación de los ganglios linfáticos), y erupción petequial (erupción por hemorragia cutánea) en mucosas internas, por ejemplo en la boca y la garganta, y en la piel. Las petequias pueden dar paso a erupciones más grandes llamadas equimosis, así como a otros fenómenos hemorrágicos. Normalmente hay signos de hepatitis, y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad.

“La tasa de mortalidad asociada a la FHCC es de aproximadamente un 30%, y la muerte sobreviene durante la segunda semana. Entre los pacientes que se recuperan, la mejoría comienza generalmente al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad”, explica la OMS.