El escritor y periodista Fernando Delgado ha querido denunciar la doble moral de la Iglesia católica, obsesionada con el sexo y la homosexualidad. Lo ha hecho en el libro ‘Todo lo que necesita ser dicho’ (Planeta), que se convierte e una larga crónica literaria en la que describe con precisión justiciera la hipocresía sexual de la jerarquía eclesial y su cruzada contra los matrimonios gays.

El autor, por ejemplo recuerda cómo en un acto celebrado en julio de 2004 en la catedral de Santiago de Compostela, con la tragedia del Prestige todavía reciente, a la Iglesia lo único que le preocupaba eran los matrimonios entre personas del mismo sexo, no los abusos a menores en sacristías y colegios gestionados por sacerdotes, la abundancia de pobres, las mujeres víctimas de la violencia machista o el terrorismo.

"El papa Francisco me ha decepcionado"

Aunque no coloca a todos los miembros de la Iglesia católica en el mismo saco, sí carga contra la actitud de los últimos papas, incluido el esperanzador Francisco, que le ha decepcionado, tal y como nos ha reconocido en una entrevista con motivo de la publicación de ‘Todo lo que necesita ser dicho'.

Delgado ha comparado además a la institución eclesial con la monarquía y la situación del rey emérito, Juan Carlos I, quien también reclamaba ejemplaridad. “La monarquía es un nido de corruptos”, asegura para defender a continuación al rey Felipe VI como la persona que nos “salva” de la “proliferación de mangantes, sinvergüenzas y ladrones que ha habido en la Casa Real”.

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Felipe VI es el único que nos salva de la “proliferación de mangantes, sinvergüenzas y ladrones que ha habido en la Casa Real”

PREGUNTA.- ¿Cómo se gesta ‘Todo lo que necesita ser dicho? ¿Por qué hablar ahora de la doble moral de la Iglesia católica?

RESPUESTA.- Llevo escribiendo esta novela doce años, que es un ejercicio de memoria personal, no un libro pretencioso ni siquiera algo que quisiera vender a alguien. Sencillamente fui haciéndolo y lo cerré con el último papa, el papa Francisco y su reacción ante la homosexualidad.

P.- ¿Era algo, como dice el título, que necesitaba ser dicho?

R.- Exacto.

P.- ¿Te ha decepcionado el papa Francisco?

R.- Ha querido salvar a la Iglesia de todo esto, pero no le han dejado o no ha acabado él de permitírselo. Inicialmente me dio confianza, pero al final todo lo contrario.

P.- ¿Qué ha representado la Iglesia católica en tu vida?

R.- He tenido una larga trayectoria como católico. Antes de pasar a las juventudes de izquierda, fui católico activista. Ha sido siempre un mundo un poco cerrado. Me eduqé con los jesuitas, con gente muy inteligente y generosa que se portó muy bien conmigo. No me puedo quejar en este sentido, pero otros no tuvieron tanta suerte con los colegios en los que les tocó habitar y con los sacerdotes con los que les tocó vivir. En aquellos tiempos había mucha gente humilde que enviaba a sus hijos a los seminarios y noviciados para que salieran adelante.

"Para la Iglesia la sexualidad es el gran pecado, cuando se trata de un espacio de virtud"

P.- ¿Está la Iglesia católica obsesionada con el sexo y la homosexualidad? 

R.- Sí, parece que pecar contra el sexto mandamiento es el único pecado en los confesionarios, cuando el mundo está lleno de sinvergüenzas, ladrones, traumatizadores etc. Sin embargo, para la Iglesia la sexualidad es el gran pecado, cuando se trata de un espacio de virtud para la gente, y cuando digo la gente hablo de los varones con las hembras, las hembras con las hembras y los varones con los varones. La sexualidad alcanza ahí la plenitud.

En España, la ley del matrimonio homosexual reconoció este ámbito de la sexualidad aunque durante mucho tiempo no fue así. Ahora tenemos un ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que está casado con otro hombre. Jerónimo Saavedra, por ejemplo, ministro con Felipe González, nunca reconoció públicamente su homosexualidad en aquella época. 

La actitud de la Iglesia en este sentido es penosa, aunque hay algunos como el cardenal italiano Carlo Martini, premio Príncipe de Asturias, que tenía clara otra visión, pero murió y el papa Ratzinger impuso la línea dura.

P.- Al hilo de esta doble moral, la jerarquía católica ha quedado destapada por la protección a los sacerdotes pederastas mientras predicaba ejemplaridad. Algo parecido le ha pasado al rey emérito y asistimos en este momento a su debacle final.

R.- La monarquía es un nido de corruptos. En este momento solo nuestro joven rey, en el que creo, nos salva de esa proliferación de mangantes, sinvergüenzas y ladrones que ha habido en la Casa Real.

"La Iglesia y la monarquía son dos instituciones que se han quedado obsoletas"

P.- ¿Se han quedado obsoletas tanto la Iglesia católica como la monarquía?

R.- Sí, son instituciones que se han quedado completamente obsoletas. En el caso de la monarquía es más radical porque la Iglesia es una institución amplia donde hay gente con diversos tonos y congregaciones que sí tienen sentido de justicia. En fin, gente de otra cariz. La monarquía, sin embargo, es una institución podrida.

P.- VOX, muy especialmente, y ciertos sectores del PP se han convertido en los máximos defensores del modelo tradicional de familia y contra el matrimonio gay ¿estamos dando pasos atrás?

R.- En España la izquierda se ha moderado y no existe una izquierda radical pero sí tenemos una derecha reaccionaria que ni siquiera me gusta mencionarla. En cambio, en el PP hay gente muy diversa: además de algunos radicales, hay gente valiosa, moderada y que constituye una derecha razonable. No es una derecha fascista, como la situada en el País Vasco, con eventos extraños, pero sí una derecha como es la gallega, con Feijóo, que está muchísimo más equilibrada.

P.- Habíamos superado ya esa manifestación contra los matrimonios gays que encabezó el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, pero ahora, de la mano de VOX, ha vuelto esa cruzada contra la homosexualidad, ha aumentado la homofobia y, además, llegan a negar la violencia machista.

R.- Sí, pero frente a estos reaccionarios profundos tenemos el ejemplo del Arzobispado de Madrid, Carlos Osoro, que es un hombre ponderado, respetable y muy cercano al papa Francisco. 

P.- En el otro lado, tenemos al obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, que ha llegado a organizar cursos para curar la homosexualidad.

R.- Es un personaje verdaderamente vergonzoso, ramplón y facha.

P.- ¿Sigues creyendo en Dios?

R.- No, hoy no. Respeto los textos bíblicos y me gustan mucho. Para mí Jesucristo fue un personaje verdaderamente extraordinario pero no tengo ningún ánimo de pertenencia a una institución como la Iglesia católica. Ya es imposible que me haga gracia. Si quieres, yo tengo mi propia iglesia. Aunque no creo en Dios, lo encuentro a ratos, es una cosa rara.