Hace meses que el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid puso en marcha un nuevo bloque quirúrgico dotado con la tecnología de imagen más avanzada del panorama sanitario nacional. Se trata de más de 1.000 metros cuadrados repartidos entre un total de siete quirófanos, uno de los cuales cuenta con resonancia magnética de alto campo intraoperatoria, lo que sitúa a este centro a la cabeza de la sanidad pública española.

Esta tecnología, que refleja en tiempo real lo que está sucediendo en el campo quirúrgico, ha supuesto un importante cambio para muchas especialidades, entre ellas la Neurocirugía, donde la mejora ha sido crucial.  

"La resonancia magnética de alto campo intraoperatoria ha supuesto una mejora crucial en la Neurocirugía" 

Especialistas de este servicio, junto a los de Radiología y Anestesiología, han realizado la primera intervención con este sistema para operar un tumor cerebral recidivado.   

“Se trataba de un varón con un glioma de bajo grado en el lóbulo frontal, que ya había sido operado previamente, pero al que se le había reproducido el tumor, por lo que tenía que volver a ser intervenido”, explica el doctor Julio Albisua, jefe del Servicio de Neurocirugía de este hospital madrileño.

Quirófano con resonancia magnética

Mejores resultados, menos efectos secundarios

La resonancia magnética resulta fundamental para esta especialidad.  “Es la base sobre la que se planifica la intervención. Sobre ella se definen los límites de la extirpación del tumor y se realiza, incluso, el control postoperatorio”, resalta. “Disponer de esta información en tiempo real, durante la operación, supone una importantísima mejora”, precisa.

Que el quirófano disponga de esta tecnología permite “aumentar nuestra capacidad de eliminar completamente la neoplasia. Podemos acercarnos todo lo necesario a las áreas afectadas, optimizando los resultados para el paciente, pero respetando al máximo los límites, sin dañar otras que puedan dejar secuelas en el enfermo", subraya el Dr. Albisua.

"El uso de la resonancia magnética intraoperatoria aumenta la capacidad de eliminar completamente la neoplasia".

 A esto hay que añadir que, a corto y medio plazo, este abordaje “reduce complicaciones postoperatorias, efectos secundarios y, por supuesto, reintervenciones”, destaca.

Prueba de ello es este caso, en el que "tras una primera fase de la operación, en la que se abordó la resección del tumor, se realizó una resonancia intraoperatoria que localizó un pequeño resto de glioma, solo detectable con este tipo de prueba, de manera que se pudo extirpar del todo en el mismo quirófano, evitando así una posterior reintervención", relata el jefe del Servicio de Neurocirugía.

Realización resonancia magnética intraoperatoria

24 horas después de la operación se le realizó al paciente una segunda resonancia “que confirmó la ausencia total de tumor, por lo que pudo ser dado de alta con la seguridad de haberle aplicado el mejor tratamiento disponible", puntualiza este neurocirujano.

Alta en tres días

Las ventajas de contar con un quirófano con un equipo de resonancia magnética de alto campo intraoperatoria son, por tanto, incuestionables, como confirma el hecho de que el paciente fue dado de alta tres días después de la intervención sin rastro de la neoplasia resecada.

En este tipo de casos, disponer de esta tecnología “puede marcar una diferencia vital en términos de resultado y perspectiva para el enfermo”, resume el Dr. Albisua. 

El Dr. Albisua (3º por la izda), junto al resto del equipo

El Dr. Albisua (3º por la izda), junto al resto del equipo.

Tecnología de última generación

Cabe destacar, además, que al quirófano con resonancia magnética de alto campo intraoperatoria hay que añadir otros seis, que conforman el nuevo bloque quirúrgico de la Fundación Jiménez Díaz, dos híbridos y cuatro polivalentes, dotados todos con tecnología de última generación.  A ellos se sumarán el próximo año los que conforman la segunda zona, con la que se completará el proyecto.