Un estudio internacional en el que ha participado la Universidad de Granada (UGR) afirma que las personas blancas tienen dificultades para distinguir las emociones en las caras de las negras, lo que no se da a la inversa.

En concreto, los científicos mantienen que a las personas blancas les resulta difícil distinguir entre sonrisas genuinas y falsas en las caras negras (es decir, distinguir la auténtica alegría de la impostada), y esto ocurre, según mantienen los investigadores, "porque no les miran a los ojos, al considerarlas personas de un grupo distintos al suyo (exogrupo)".

La emoción y las malinterpretaciones

"La identificación precisa de la emoción es importante para la interacción social en general, pero es especialmente importante en entornos interraciales que son propensos a malinterpretaciones y malentendidos. Y es que, cuando la identificación emocional en otras personas se ve afectada, la comunicación se inhibe y, en última instancia, puede dar lugar a resultados negativos, incluso trágicos", afirma la UGR en una nota.

Los investigadores mantienen que el crimen el 4 de abril de 2015 de Walter Scott, un hombre negro desarmado al que un oficial americano blanco disparó hasta ocho veces por la espalda, es "solo un ejemplo de una serie de homicidios recientes, pero desgraciadamente recurrentes" con "un común denominador: los ataques violentos a personas de color por parte de blancos".

A su juicio, "ponen de manifiesto la importancia de las impresiones que se forman entre sí personas que pertenecen a grupos diferentes sobre la desconfianza, miedo o la ira que subyacen en ocasiones a esas interacciones intergrupales".

Los científicos llevaron a cabo una serie de seis experimentos con más de 425 participantes. En algunos de estos experimentos, los participantes eran todos blancos; en otros, todos eran negros y en algunos, participaron una mezcla de ellos que también incluyó a minorías no negras.

En todos ellos a los participantes se les mostraban rostros de personas blancas o negras sonrientes y se les pedía que calificaran el nivel de felicidad que percibían en ellas. Algunas caras mostraban una sonrisa genuina, mientras que otras eran sonrisas forzadas o falsas.

Mirar a los ojos

Mediante un equipo de 'eye tracking', los científicos afirman haber demostrado que prestar atención a los ojos de las personas también facilita la detección de características importantes en la percepción y en la formación de impresiones sobre las mismas, como por ejemplo la distinción entre emociones genuinas o falsas e impostadas, explica Rosa Rodríguez Bailón, catedrática del departamento de Psicología Social de la UGR y una de las autoras de este estudio. Así, los participantes blancos fueron capaces de distinguir mejor si las sonrisas de una serie de personas, de las que se les mostraba una fotografía, eran genuinas o falsas cuando estas fotografías pertenecían a personas también blancas como ellos que cuando eran personas negras.

Esta diferencia no aparecía en el caso de las personas de color, que eran capaces de discriminar la felicidad verdadera de la postiza de la misma manera tanto en personas blancas o negras.

"Además, hallamos que el tiempo que los participantes blancos dedicaban a mirar a los ojos de las fotografías de personas blancas explicaba esta diferencia. De nuevo, cuando a los participantes blancos se les instaba a mirar a los ojos de las personas blancas y negras igualmente desaparecía esta diferencia", señala la catedrática de la UGR.