España llegaba al partido contra Japón con la clasificiación prácticamente en el bolsillo. Y casi queda eliminada. Luis Enrique introdujo cambios excepto en dos líneas: la porteria y el medio campo. Unai Simón sigue siendo el guardián y el trío Busquets, Pedri, Gavi, el Sol sobre el que rota el equipo. También indiscutible como central Rodrigo, que no es central. Pero es una pieza importántisima para que la BPG edifique. Es el encargado de entregarles el mando.

Esta vez Luis Enrique ha decidido salir con un 9 puro al campo. A los 11 minutos, gol de Morata. Un hecho que refleja las distintas combinaciones que maneja en ámbito ofensivo. Asensio de falso 9 ofrece más movilidad y abre espacios a los extremos. También es aprovechable para los tiros de larga distancia. Por contra, Morata fija centrales y es un gran rematador. Lo mejor que tiene, quizás lo único destacable, es el físico y es lo que debe aprovechar. Un centro medido de Azpilicueta y remate de cabeza de ariete clásico. Y a partir de aquí, la nada.

Varios minutos fuera del mundial

A los tres minutos de comenzar la segunda parte, Japón empataba el partido. A los 9, ganaba 2-1. España demuestra que cuando baja la intensidad es vulnerable. El empate ha llegado por la obsesión de Luis Enrique de salir con el balón jugado desde atrás. Algo que le pasó de forma habitual en el Barça. El segundo, con polémica porque todos vimos como salía entero ese balón. ¿Quién no se ha acordado de lo que pasó contra Corea del Sur en 2002? Con este resultado España se iba al segundo puesto y Alemania, eliminada. Una victoria tica ante los teutones dejaba fuera a las dos campeonas del mundo. Y así ha sido durante varios minutos. Sin embargo, Alemania ha conseguido derrotar a Costa Rica, entregando en bandeja la clasificación a España, quien con su derrota contra Japón ha amargado el Mundial a Alemania. De esta manera, el conjunto de Flick dice adiós a Catar.

Pero lo peor no ha sido la derrota ni los nervios experimentados durante 12 durísimos minutos en los que nos veíamos fuera. Lo peor es la sensación de incapacidad. De inoperancia ante una selección menor que hace resucitar los demonios en el peor momento. Ahora todo serán críticas. Luis Enrique no vale y los jugadores, menos. Ya no hay Luis Padrique ni los streams harán gracia. Una sensación que durará hasta el martes que viene cuando nos enfrentemos a Marruecos. El vecino del sur es un conjunto interesante y con jugadores habilidosos. Y, por razones geopolíticas, con muchas ganas de vencer a España. Menos mal que le metimos 7 a Costa Rica.