El Fútbol Club Barcelona, a través de su junta directiva, decidió quitarle el pasado lunes las medallas honoríficas que en su día concedió al caudillo Francisco Franco en 1971 y 1974. ¿Por qué el club culé ha tardado más de cuarenta años en hacerlo?

En 1971, Francisco Franco recibió a la directiva del Barcelona en el Palacio Real de El Pardo, donde hizo entrega al dictador de una medalla de oro por su colaboración a la hora de construir el Palau Blaugrana, pabellón polideportivo del club.

Agustín Montal, presidente del Barça, entrega a Franco una medalla de oro
Agustín Montal, presidente del Barça, entrega a Franco una medalla de oro

Tan sólo tres años después, coincidiendo con el 75 aniversario del Barça, Agustín Montal, presidente por aquel entonces, volvió a entregar a Franco una medalla de oro. No sería la última vez que el club catalán condecoraría al dictador. En 1951, el padre de Montal, tras una final de Copa (del Generalísimo), le entregó a Franco la insignia de oro y brillantes que él mismo llevaba en la solapa.

El club con más Copas del Generalísimo en la historia, fue, además, salvado de la ruina económica en 1965 gracias a la ayuda del régimen. A través de una recalificación firmada personalmente por Francisco Franco de los terrenos de Les Corts (antiguo campo del Barça), consiguió solventar una deuda de 300 millones de pesetas contraída por la construcción de Camp Nou, actual estadio blaugrana. 

Estatua de Ladislao Kubala Stecz en los exteriores del Camp Nou

Estatua de Ladislao Kubala Stecz en los exteriores del Camp Nou


Por otra parte, el gobierno franquista intercedió en la llegada del jugador húngaro Ladislao Kubala, uno de los mejores futbolistas de la época. En aquella época Hungría era una dictadura comunista y no cedía el transfer del jugador a pesar de que el propio Kubala había solicitado la nacionalidad española, algo que evitaría depender de federaciones extranjeras. Gracias a la mano gubernamental, Kubala pudo debutar en 1951 en partido oficial con el Fútbol Club Barcelona, pese a la objeción de la FIFA. Sin embargo, a Franco poco le importó. “En España mando yo, no la FIFA”, dijo. 

En 2003, el Barça tuvo la oportunidad de retirar las medallas a Franco. Sin embargo, no lo hizo. La Plataforma d´Amics de Josep Suñol y el semanario El Triangle, exigieron al club que retirase los honores al dictador. La decisión fue derivada por parte de la directiva a un Consejo de Notables del Barcelona, ideado por Joan Laporta y formado por una quincena de intelectuales, los cuales, no lo hicieron  aludiendo a que se trataba de una imposición "en una situación no democrática".

El propio Laporta expresó entonces que “no se puede retirar la insignia a Franco porque no figura en los libros de actas y porque el Barça fue presionado para dársela”. No obstante, 16 años después, el Fútbol Club Barcelona retira las medallas al dictador. Lo que nunca podrá hacer es negar las buenas relaciones existentes en un tiempo entre el club y la dictadura franquista.