Con 188.000 personas contagiadas y casi 19.500 fallecidas por este terrible Covid19, no deja de asombrar que la imprudencia y la falta de consideración por parte de la gente que se salta las normas a la torera, como si no fuera con ellos, o tuvieran su particular patente de corso.

Las fuerzas de seguridad del Estado han presentado 600.000 propuestas de sanción contra otros tantos actores insolidarios. Las multas van de 601 a 10.400 euros. Salir a la calle sin motivo, porque sí, es una falta sancionable. Pasarse de distancias al ir a comprar o pasear al perro más lejos de lo que es sensato, puede costar 600 euros. La reincidencia o resistirse a la autoridad, aumenta la cuantía de la multa. ¿Qué tendrán en la cabeza estos miles de irresponsables?

En el ranking de descerebrados destacan los que mandan mensajes a los vecinos que trabajan en centros sanitarios, instándoles a irse del inmueble por miedo a que lleven el contagio encima y lo transmitan. Sin entender el riesgo que ellos corren…

Precisamente llegaba este viernes la noticia de la muerte del director del hospital universitario Infanta Cristina de Madrid a causa de la maldita enfermedad. ¿Imaginan lo que debe ser jugarse la vida todos los días y encontrarse con el coche pintado o con una misiva de rechazo en la puerta del ascensor?

Tal falta de seso se da también en otros países: en India se ha visto como alejaban a los sanitarios a pedradas, o en México se han producido mas de 20 ataques a sanitarios e incendios en hospitales. Todo ello, contra los mismos profesionales que están al cargo de la salud de sus agresores.

Actitudes como la del expresidente Mariano Rajoy Brey haciendo marcha sin contemplaciones por las calles de su urbanización, no sirven para dar buen ejemplo a nadie. Y menos aún la del presidente de Estados Unidos congelando el apoyo económico a la Organización Mundial de la Salud (OMS) acusándole de actuar en favor de China.

Una postura que aplauden otros ultraderechistas como VOX, aquí en España, que a la llamada de su amo Trump atacan a la OMS por estar “vendida” al gigante asiático​. En otros países en que el gobierno es de la misma cuerda, como Polonia, que aprovecha la pandemia para fijar las  elecciones, y  por correo, en la fecha que le place, o intentar colar leyes para limitar el aborto o la educación sexual, frente al rechazo de la población.

 Al final, las cosas se van remediando: los ultraconservadores polacos de Ley y Justicia han tenido que aparcar la iniciativa parlamentaria; la Fundación Bill y Melinda Gates compensarán económicamente el dinero que el  flagelo de Donald Trump piensa negar al organismo internacional de salud. Yen España, una mayoría inmensa de ciudadanos responsables salen cada tarde a las ocho para agradecer a los sanitarios su buen hacer. Solo falta que a Rajoy Brey le caiga una sanción por ese egoísmo que lleva años arrastrando.