Aunque parece una eternidad, no hace tantos años que las mujeres en España daban a luz en casa. El parto en centros médicos no se popularizó hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, lo que permitió garantizar la seguridad en este proceso natural, no exento, eso sí, de posibles complicaciones.

Los avances en ginecología y obstetricia desde entonces han sido innumerables, y en los últimos años han ido dirigidos, además, a hacer más natural el parto en el hospital.

Esto ha llevado a centros como el Hospital Universitario General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, a incorporar a su cartera de servicios la dilatación del parto en el agua. “Es una opción cada vez más demandada por las futuras madres, debido a las ventajas que aporta y a que ofrece la misma seguridad y eficacia que otras alternativas”, explica la Dra. Mercedes Andeyro, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia.

Pese ello, sin embargo, todavía hay pocos centros en Madrid que disponen de este servicio, lo que hace más importante todavía la mejora.

Menos dolor y más comodidad

La hidroterapia durante el parto no persigue conseguir un nacimiento en el agua, ya que, según la evidencia científica actual, el periodo expulsivo este no está exento de riesgos para el recién nacido y se precisaría de más estudios que pudieran avalar esta recomendación en un entorno seguro. El fin es aliviar el dolor que experimenta la mujer durante la dilatación y aprovechar el resto de beneficios que aporta el agua. “La mayor flotabilidad permite una mejor movilidad para el cambio de postura, reducción del estrés, mayor relajación, menor percepción de las contracciones y mayor grado de satisfacción materna”, relata esta especialista.

Para partos de bajo riesgo

La opción está disponible para todas las gestantes, siempre que su salud y la del bebé y las circunstancias del parto no la desaconsejen. “En líneas generales, pueden optar a la dilatación en el agua todas las mujeres cuyo embarazo sea de bajo riesgo, que se encuentren entre la semana 37 y 42 de gestación, estén en un proceso de parto activo con una dilatación de 4-5 cm y busquen técnicas mínimamente medicalizadas y mayor movilidad durante el parto”, resume la Dra. Andeyro.

Dado el contexto de pandemia, en la actualidad, además, se exige una PCR negativa que se realiza al ingreso de la paciente en la unidad.

Seguro y controlado

La dilatación en el agua no presenta riesgos añadidos. Conlleva los mismos cuidados que contempla el protocolo de atención al parto normal e incluye algunos otros como el control fetal mediante telemetría sumergible, la comprobación periódica de la temperatura del agua, la toma de constantes basales previa y posterior a la inmersión o la renovación del agua las veces que sea preciso para asegurar una correcta higiene y evitar infecciones.

La bañera se limpia y desinfecta según un protocolo específico incluido en el estandarizado de todo el área materno-infantil.

Otras opciones: desde aromaterapia hasta pelotas de pilates

El centro apuesta así por el empoderamiento de la madre y que sea esta la que, según la evolución del parto y sus necesidades, decida qué tipo de analgesia prefiere.

Además de la hidroterapia, el hospital dispone de otras alternativas de alivio del dolor como la aromaterapia, el uso de lianas, pelotas de pilates, colchonetas y sillas de parto, masajes, analgesia inhalada, etc, además de la más conocida anestesia epidural. “Dejamos evolucionar el parto de un modo natural”, expone la Dra. Andeyro. “Las matronas asesoramos a las madres e informamos en todo momento de su evolución y alternativas para aliviar el dolor”, expone Patricia Jimenez matrona de HUGV, añadiendo que “acompañamos a la mujer durante todo su proceso para favorecer que el parto transcurre de la manera más fisiológica posible”.

Habitación del HUGV dotada de liana,pelota de pilates,colchoneta y silla de parto para el proceso de dilatación

El objetivo es “poner a la gestante en el centro de la atención recibida, haciéndola partícipe de todas las decisiones que afecten al embarazo, humanizando así aún más el trato y el tratamiento desde el principio al fin del proceso para ofrecer el más completo servicio y de la mayor calidad posible”, resume.

Una matrona en exclusiva

Para llevarlo a cabo, el hospital dispone de las instalaciones y el personal necesario. Cuenta con cuatro salas de dilatación-paritorio, una de ellas con bañera; y de un equipo de guardia formado por dos matronas, una auxiliar, dos ginecólogos, un anestesista y un neonatólogo.

Cabe destacar, además, que la asistencia al parto en el agua precisa de una matrona de forma exclusiva con la paciente (one-to-one).

La información en un click

Las gestantes interesadas en este tipo de procesos tienen toda la información al respecto en la nueva cuenta de las matronas del Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital en Instagram, @naciendoenvillalba, y en la web del hospital, donde pueden encontrar datos sobre las instalaciones del bloque obstétrico, el equipo humano que lo conforma y su modo de trabajar, folletos informativos con el Plan del Parto, la hidroterapia, la cesárea con acompañante, el alta precoz, la guía de la lactancia materna o el teléfono de lactancia 24 horas. Toda esta información se completa con un reportaje fotográfico de las instalaciones del Área Materno-Infantil.

Atención en tiempos de Covid

Pese a la pandemia del Covid-19, el Servicio de Ginecología y Obstetricia del centro continúa funcionando a pleno rendimiento, con algunas medidas añadidas, eso sí, para garantizar la protección de las madres y sus bebés. Se respeta la unidad familiar intentando no separar en ningún momento a la madre del padre y del recién nacido.

Además de la PCR negativa que se exige para la dilatación en el agua, durante el parto se requiere el uso de mascarilla, tanto por parte de la paciente, como de su acompañante.