La opción de alquilar una casa o apartamento vacacional ya se ha convertido en una de las preferidas por aquellos que buscan la opción más barata para el viaje.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los usuarios califican con casi un notable el alquiler, por encima de una habitación de hotel, principalmente por el precio y la flexibilidad con la que se adaptan a las necesidades del usuario.

Desde el portal web, además, nos dejan diez consejos para disfrutar al máximo de nuestras vacaciones, sin tener ningún susto.

  • El primer paso es comparar precios y condiciones en diferentes páginas webs, ya que los precios más bajos suelen significar que tienen menor flexibilidad y con condiciones más reducidas. Para esto, la opción es contratar un seguro de anulación y desconfiar de los chollazos que podemos encontrarnos por internet, sobre todo si no van acompañados de imágenes.
  • En cuanto a las fotos, tampoco debemos fiarnos siempre de lo que nos enseñan. A veces no hacen justicia del alojamiento, pero otras lo presentan mejor de como son en realidad. Lo mejor es visitar el apartamento que se quiere alquilar, pero si no podemos tener esta opción se podría pedir al arrendador o a la agencia un dossier fotográfico. La localización de la vivienda también es importante, y asegurarnos del estado de conservación de los muebles y electrodomésticos.
  • No nos fiemos del precio final, es mejor verlo desglosado: tarifa de estancia, comisión de la plataforma, servicios de limpieza, depósito de garantía… Lo mejor es saber qué vamos a pagar por cada servicio, pidiendo al detalle el precio del alojamiento.
  • Leer los comentarios de otros usuarios nos puede dar una idea de cómo es la casa, pero tampoco nos los podemos creer al pie de la letra porque pueden estar manipulados.
  • A la hora de reclamar, saber si estamos alquilando al propietario o a un intermediario es fundamental. Si hacemos el proceso mediante agencia, el usuario estará protegido por la legislación de consumo, pero si es directamente con un particular la relación se basará en la normativa civil de alquiler, que dependerá de la comunidad autónoma en la que estemos.
  • Si podemos, intentaremos negociar las condiciones y del precio de la vivienda. Cuando conseguimos llegar a un acuerdo, siempre debemos firmar un contrato para verificar cuáles van a ser las condiciones acordadas. Hay que tener en cuenta que una reserva online tiene el mismo valor jurídico que un contrato tradicional.
  • Es aconsejable contactar previamente con la agencia o el anunciante, antes de realizar cualquier reserva. Sobre todo, para confirmar que nuestras condiciones son las disponibles: fecha, precio, condiciones de reserva, de cancelación, necesidades especiales…
  • Corroborar cómo se va a pagar, cuándo se van a entregar las llaves y con quién tenemos que contactar para acceder a la casa. Para ello, habría que pedir un teléfono de contacto para incidencias que puedan surgir, como una avería. También tendremos que realizar el pago de manera segura, tanto con tarjeta, como Paypal o transferencia bancaria (en este, debemos comprobar que el titular de la cuenta es el mismo que el de la vivienda que alquilamos).
  • Conservar una copia de la reserva o señal. En el contrato debe especificar cuándo y cómo se va a pagar el alquiler, y el importe de la señal. Si es a través de un portal, lo mejor es usar el medio de pago recomendado para dejar constancia y beneficiarnos de la garantía, en el caso de que hubiera algún problema.
  • Si exigen pagar una fianza, también tendremos que pedir que se detalle claramente el concepto, las condiciones de su aplicación y que se prevea la devolución del importe. Para esto, un inventario en el que se detalle de qué dispone el inmueble nos quitaría de muchos problemas, comprobando que esas son las condiciones reales antes de firmar el contrato.

Aunque estos consejos son muy eficaces, hay veces que seguimos teniendo inconvenientes con nuestra reserva. Desde OCU piden a diversas plataformas que actúen de forma responsable y que se avise de cuáles son las webs peligrosas de las que podemos salir estafados: suplantación de identidad, pago por adelantado a un estafador, encontrarnos con algo peor a lo que habíamos acordado, etc.