El Ayuntamiento de Murcia ha constatado que desde octubre han ardido 61 contenedores en la ciudad, y una treintena de ellos han sido calcinados de manera intencionada, entre los barrios de San Pío, El Carmen y Santiago el Mayor. Tras la alerta de asociaciones vecinales, la Policía Local montó un dispositivo con efectivos de paisano para descubrir a los posibles culpables. En el Puente de Todos los Santos, 14 espacios registraron incendios y se incrementó la vigilancia, pero fue la colaboración de varios testigos lo que permitió descubrir quién estaba detrás. Para sorpresa de los investigadores, se trataba de un jubilado, de 75 años. 

Francisco L. M. salía todos los días de su casa a dar un largo paseo y lo que no podía imaginar su mujer es que diariamente se dedicaba a incendiar contenedores, servilletas y mechero en mano. El pasado lunes volvieron a producirse sucesivamente los fuegos en cuatro lugares distintos entre las 17.00 y las 20.00 horas, causando importantes daños en ocho contenedores en las calles Pintor Pedro Flores, Ruiz Hidalgo, Paseo de Florencia, y calle Morera esquina a ctra. de La Fuensanta, según informó la televisión murciana. Unos testigos siguieron el autor de uno de los incendios y alertaron a la Policía, que trasladó al pirómano a dependencias policiales.

La jueza vio un "deterioro cognitivo"

El Ayuntamiento estima en unos 1.000 euros el coste de cada contenedor quemado, y, según los satos de la Policía Local, Francisco habría destrozado una treintena, con lo cual el perjucio económico que habría ocasionado sumaría unos 30.000 euros, sin contar el coste de los efectivos implicados, entre bomberos y policías, además de los daños ocasionados en fachadas de comunidades de vecinos, locales comerciales y vehículos.

Francisco fue trasladado el martes al Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, donde la jueza decretó libertad para el pensionista para que sea atendido "por sus familiares, tras apreciar cierta desorientación y deterioro cognitivo".

El hombre trabajó toda su vida antes de jubilarse, como escayolista y en una huerta. En los últimos diez años estuvo empleado en el área de parques y jardines del Ayuntamiento de Murcia. Según ha dicho su mujer, está "deprimido desde que se jubiló y tiene que medicarse".