El fuego ha golpeado París. La capital francesa ha vuelto a observar atónita cómo la desgracia se apodera de la ciudad, encogiendo el corazón de su ciudadanía que observa con incredulidad lo sucedido. La catedral de Notre Dame, de incalculable valor por su legado arquitectónico y artístico, ha prendido cerca de las 19 horas de la tarde de este lunes, haciendo saltar todas las alarmas de periodistas, bomberos, autoridades y ciudadanos de todo el globo.

Lo que no lograron guerras y revoluciones lo han conseguido las llamas. En primera instancia, sin conocerse el motivo del fuego, los bomberos parisinos han relacionado el suceso con las obras de renovación del icónico edificio.

Una de las joyas de estilo gótico más reconocibles del mundo, la catedral de Notre Dame, se edificó entre 1163 y 1345 y fue reformada durante el siglo XVII dando cabida a elementos barrocos. La coronación de Napoleón Bonaparte o la beatificación de Juana de Arco, entre muchos hitos históricos, fueron apreciados por un emblema por el que hoy encoge el corazón toda la ciudadanía francesa.

Rostros compungidos y peticiones a bomberos, autoridades y divinidad. Esta es la imagen que se ha desprendido desde que el fuego hiciera caer la aguja de la catedral, poniendo en peligro también la bóveda y las torres del monumento. Un inusual silencio se ha apoderado de la ciudad, tal y como han apuntado la gran mayoría de los periodistas y turistas que, a orillas del Sena, daban constancia de lo ocurrido.

En 1871, el templo ya sufrió un incendio en el marco de la Comuna de París -provocado en aquella ocasión- que alarmó a todos los amantes de este tesoro gótico y cultural.

Reacciones políticas

Emmanuel Macron, presidente de la república francesa, ha cancelado sus actividades ante la desgracia sufrida por una de las joyas patrias más importantes de su país."Está ardiendo una parte de todos nosotros". A pesar de que el Gobierno aún no ha dictaminado cuál ha sido el motivo de la catástrofe, la Fiscalía francesa ha abierto una investigación para analizar lo sucedido. Mientras tanto, toda la comunidad internacional tiende la mano a Francia que, aún dolida, trata de levantarse.

También los principales líderes políticos españoles han sacado un tiempo de sus apretadas agendas electorales para velar por Notre Dame y valorar lo acontecido: “El incendio de Notre Dame es una catástrofe para Francia. Y lo es para España y para Europa. Las llamas arrasan 850 años de historia, de arquitectura, de pintura, de escultura. Será difícil olvidarlo. Francia puede contar con nosotros para recuperar la grandeza de su patrimonio”, ha declarado Pedro Sánchez, tendiendo la mano al país vecino para tomar medidas cuando cesen las llamas.

“Dramáticas las imágenes que llegan desde la catedral de Notre Dame de París, gran emblema de la cultura y la historia europeas. Espero que el incendio en esta joya del patrimonio mundial pueda sofocarse cuanto antes”, ha pedido el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Condolencias de izquierda y derecha que no ha querido dejar de mostrar Pablo Iglesias: “Es muy triste ver Notre Dame arder, un lugar tan hermoso, que ha visto tanta historia, merece estar ahí siempre. Confío en que los bomberos de París logren controlar el incendio pronto”.

Dentro del feudo popular, el dirigente más consternado y visiblemente desolado ha sido González Pons, portavoz del PP en el Parlamento Europeo: “Me sangra el corazón. No tengo palabras. Si todo lo que ha de quedar es nuestro recuerdo, entonces no quedará nada. No puedo escribir un mensaje al uso, con palabras como solidaridad o ánimo. Estoy desolado. Todos nos estamos quemando ahí, hasta los que no saben que se queman”.