La presidenta del tribunal popular compuesto por siete mujeres y dos hombres que enjuicia a Ana Julia Quezada como autora confesa de la muerte violenta de Gabriel Cruz ha convocado a las partes para dar a conocer el veredicto tras haber permanecido más de 24 horas bajo secreta deliberación y haber valorado las pruebas con las que decidir si la acusada es culpable o no, y en qué grado, de un delito de asesinato por el que enfrenta la prisión permanente revisable, o si por el contrario cometió un homicidio, que podría conllevar una pena máxima de 15 años de cárcel.

Con su veredicto, que ha sido leído públicamente a las 18:30 horas en la Audiencia Provincial de Almería frente a la propia acusada, el jurado ha tenido que decidir sobre cinco hechos concretos registrados entre el día del crimen, que tuvo lugar en la pedanía nijareña de Rodalquilar el 27 de febrero y el día en el que se halló el cadáver del pequeño cuando la acusada lo transportaba en el maletero de su vehículo el 11 de marzo de 2018 en Vícar.

Por un lado, han determinar cómo se produjo la muerte de Gabriel en la finca de Rodalquilar, a la que llegó junto con la acusada después de salir por separado de la casa de la abuela paterna en Las Hortichuelas, que Ana Julia Quezada tenía "intención" de quitarle la vida, actuando bajo un plan preconcebido.

En este sentido, los miembros del jurado también se han pronunciado sobre si, a tenor de las pruebas, la enjuicida cometió el crimen aumentando de manera deliberada e inhumana el sufrimiento del menor

El veredicto es claro

Ana Julia Quezada asesinó con alevosía al niño de ocho años Gabriel Cruz, hijo de su expareja sentimental, el 27 de febrero de 2018 en la finca familiar de Rodalquilar, (Níjar, Almería), tras "lanzarlo contra el suelo o pared" de la habitación del cortijo "de forma intencionada, súbita y repentina" y que lo hizo consciente de su "superioridad" por diferencia de edad y por complexión. 

Así lo ha determinado el jurado popular que ha deliberado sobre las pruebas presentadas contra ella en el transcurso de la vista oral celebrada en la Audiencia Provincial en la que ha estimado acreditado también que Gabriel, quien "confiaba" en la acusada por ser una persona "íntimamente ligada" a su entorno familiar, "no tuvo posibilidad de defenderse ni de reaccionar", lo que aboca a Quezada a la prisión permanente revisable, tal y como solicita la Fiscalía.

En presencia de Ángel Cruz y Patricia Ramírez, padres del menor, y en audiencia pública, las siete mujeres y dos hombres que integran el jurado han considerado probado por unanimidad que, de acuerdo con los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) que practicaron la autopsia, "tras el impacto" la acusada "procedió con sus propias manos" a la oclusión de los orificios respiratorios "con fuerza, hasta vencer su resistencia y provocar su fallecimiento" por asfixia mecánica por sofocación.

El jurado popular ha descartado que Ana Julia Quezada, tal y como ha mantenido la acusación particular ejercida por los progenitores, aumentase de manera deliberada e inhumana el sufrimiento del niño al darle muerte y rechaza que haya pruebas que respalden que le diera "golpes, dejándolo aturdido" entre 45 y 90 minutos para después "taparle la boca y la nariz hasta llevarle a la muerte".