El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, ha saltado al foco mediático español después de que STC, empresa de telecomunicaciones saudí, se haya convertido en la máxima accionista de Telefónica al comprar un 9,9% de los activos de la empresa. Sin embargo, este no es, ni de lejos, el primer vínculo entre Arabia Saudí y nuestro país, sino que el binomio se remonta a hace cincuenta años, en concreto, a 1973, y con Marbella como lugar de referencia para la familia real del país de Oriente Medio. Y es aquí donde Bin Salmán ha roto una de las tradiciones que más arraigadas tenían los dirigentes saudíes: construirse un palacio en la ciudad regida por Ángeles 'Titi' Muñoz.

El vínculo entre la familia real saudí y Marbella es intenso. Como suele decirse, el dinero llama al dinero, y las relaciones entre la realeza saudita y la ciudad de la Costa del Sol se remontan a hace cincuenta años, cuando Adnan Kashogui, un hombre de negocios relacionado con el tráfico de armas, habló con el promotor inmobiliario Alfonso de Hohenlohe para transmitirle que había convencido al príncipe Fahd bin Abdulaziz (tío del príncipe heredero) de que priorizase las tierras marbellíes en lugar de ir a Montecarlo, como acostumbraba el entonces ministro del Interior saudí, que más adelante sería rey. Fahd descubrió en Marbella, en sus propias palabras, "un lugar cercano al paraíso".

Poco después, los saudíes comenzaron a edificar sus propios palacios de superlujo en la ciudad. En concreto, el rey Fahd ordenó levantar el palacio Mar-Mar y la mezquita del rey Abdulaziz Bin Saúd (abuelo del príncipe heredero), mientras que Salman bin Abdulaziz, padre del príncipe, es propietario del palacio Al-Riya. Abdalá bin Abdulaziz, el anterior rey, sin embargo, no contaba con ningún palacio a su nombre, de igual forma que (de momento) no lo hace Bin Salmán, por lo que la tradición de edificar megalómanas residencias por valor de muchos millones de euros se estaría viendo interrumpida por el príncipe heredero. Huelga recordar, por otra parte, que es propietario de una mansión valorada en 270 millones de euros en Francia.

Así, Marbella fue convirtiéndose, en pocos años, en el lugar de vacaciones predilecto de la familia real saudita. Es Marbella la ciudad en la que los saudíes campan a sus anchas gastando cantidades exageradas de dinero y dando pie a diferentes leyendas sobre sus hábitos: visitas alocadas a tiendas de lujo, comidas y fiestas de altísimo gasto, números indeterminados de trabajadores para cumplir todo tipo de funciones... Acciones que suponen un cuantioso beneficio económico para la ciudad. "No hay un estudio específico del dinero que pueden llegar a dejarse, pero está claro que generan mucha riqueza", apuntaba hace años Chela Figueira, concejala de Comunicación del Ayuntamiento de Marbella, en unas declaraciones a El País.

Adquiriendo el 9,9% de Telefónica

Con la costumbre que sí ha continuado Bin Salmán es la de hacer cuantiosas inversiones en empresas internacionales. El operador saudí STC, propiedad del Fondo Público de Inversiones (PIF), ha adquirido una participación del 9,9% del capital de Telefónica por un importe de 2.100 millones de euros. La noticia sorprendía en la tarde del martes, en plena vuelta de las vacaciones de verano, por la irrupción de la gran empresa de telecomunicaciones de Arabia Saudí en la mayor teleco española, y una de las grandes cotizadas del Ibex 35. La empresa saudí se convertía, así, en el máximo accionista de Telefónica, desbancando al fondo BlackRock y a bancos como CaixaBank o BBVA.

Telefónica es, a día de hoy, la empresa de telecomunicaciones con mayor cuota de mercado en España y, hasta hace 25 años, formaba parte del Estado como empresa pública. Además, la teleco española presta servicios al Gobierno a través de contratos con el Ministerio de Defensa. El escudo antiopas diseñado por el Ejecutivo evita la entrada de cualquier socio extranjero en el capital de una empresa española a través de la compra de un 10% de participación. En este caso, la compra de STC se queda en el 9,9%, una décima por debajo del límite, pero asimismo necesita el visto bueno del Gobierno por tratarse de la adquisición de más de un 5%.

Por su parte, STC y el PIF aseguran "no tener intención de adquirir control" en la teleco española. Algo que parecen entender desde la cotizada del Ibex ya que, en su comunicación posterior a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), califican la operación como "aproximación amistosa" por parte de la compañía de Arabia Saudí. Desde la compañía se remiten, por el momento, a la información oficial comunicada a la CNMV.