El aire acondicionado es el mejor aliado de los conductores cuando el calor aprieta, pero, por otro lado, el bolsillo se resiente por el gasto en combustible, así que conviene tener en cuenta estos consejos de Confortauto Hankook Masters, difundidos por la Dirección General de Tráfico (DGT).

Los primero que hay que tener en cuenta es que la temperatura dentro del vehículo debe ser razonable porque eso contribuirá al consumo moderado de combustible.

  • Bajar antes la temperatura. Si la temperatura dentro del coche es muy elevada, el sistema de aire acondicionado tirará de mayor consumo de combustible para ponerse en marcha, por lo que es recomendable airear el coche antes del encendido. ¿Y cómo hacerlo? Pues bajando la ventanilla de la parte trasera opuesta al conductor y abrir y cerrar la puerta del conductor varias veces. De esta forma, la temperatura bajará hasta diez grados de forma rápida, según Confortauto Hankook Masters.
  • Siempre en marcha. No encender el aire acondicionado si el motor no está en marcha, ya que sólo servirá para gastar más combustible. El aire enfría mejor mientras el vehículo está en marcha: cuanto más rápido va el motor, más refrigerar.
  • Enfriar antes el vehículo. Abrir ligeramente las ventanillas durante los primeros minutos del viaje para que salga antes el aire caliente.
  • Entrada de aire exterior. Una vez alcanzada la temperatura deseada, activar la entrada de aire exterior. De esta forma, se reduce el consumo de combustible.
  • Temperatura razonable. La temperatura debe oscilar entre los 21º y los 23º. Por debajo de esos límites, el gasto de combustible puede suponer un incremento del 30%.
  • Ventanillas subidas. Algunas personas creen que se consume menos combustible bajando las ventanillas y el aire acondicionado apagado. Esto es así, sólo si se va a menos de 80 Km/h (recomendable cuando se circula por la ciudad). Sin embargo, cuando el coche supera los 110 km/h, lo mejor es subir las ventanillas y poner el aire acondicionado, para no reducir la aerodinámica del coche y disparar el consumo de gasolina o gasoil. Esto podría suponer un ahorro de 0,3 litros cada 100 kilómetros. 
  • Filtro de aire. Limpiar el filtro del aire y sustituirlo cuando sea necesario. Un filtro sucio no enfriará correctamente y consumirá más combustible.