Este miércoles ha tenido lugar el Clásico futbolístico más seguido en España. Escenario idóneo para que las reivindicaciones políticos trascendieran y pudieran ser escuchadas a nivel internacional. Congregados desde las 16.00 horas en las zonas aledañas, los manifestantes congregados por Tsunami Democràtic han lanzado sus consignas de forma tranquila hasta que arrancara el juego.

Mientras que en el interior del Camp Nou únicamente se ha alterado el orden natural cuando se han lanzado decenas de pelotas de playa -tal y como ha pedido la organización soberanista-, en los aledaños se han vivido momentos de tensión entre los Mossos d’Esquadra que trataban de garantizar el orden público y los radicales que se han hecho notar de forma posterior a la gran reivindicación de la organización soberanista. 

En el terreno de juego se ha vivido una disputa trepidante. Un empate sin goles que no ha reflejado lo que se ha podido apreciar a nivel futbolístico. Fútbol de ida y vuelta sin premio para los dos protagonistas del envite.

Tsunami Democràtic, por su parte, ha reconocido en redes sociales que algunos de sus objetivos no han sido cumplidos. Las cartulinas repartidas con el lema “Spain, sit and talk” han sido mostradas, pero la fuerza de la gente no ha acompañado esta vez las demandas de la organización.

Una vez finalizado el partido, se han vivido momentos de tensión en los exteriores. 12 personas han sido heridas y dos ultras han sido detenidos. Un partido declarado de alto riesgo que se recordará por una movilización fallida, grupos radicales sacando el lado más triste del fútbol y un encuentro sin goles que deja la Liga Santander con empate técnico entre dos rivales que hoy se han dejado lo que tenían sobre el verde.