Una de cada cuatro mujeres padece de incontinencia urinaria, una estadística que se duplica al llegar a la edad geriátrica. Aunque no es un problema exclusivamente femenino, se trata de una patología en la que ser mujer supone un factor de riesgo. Los embarazospartos vaginales con prolapso (descenso acusado del suelo pélvico provocando la bajada del útero la vejiga o el intestino delgado), la reducción de la producción de estrógenos durante la menopausia o haber sufrido una histerectomía son algunos de los factores que aumentan la probabilidad de sufrir pérdidas de orina. El propio envejecimiento, el tabaquismo, enfermedades neurológicas como el Parkinson o la esclerosis múltiple, el sobrepeso y la diabetes constituyen también factores de riesgo. Asimismo, determinadas medicaciones con efectos diuréticos o relajantes musculares pueden empeorar la incontinencia.

Se trata de una patología muchas veces infradiagnosticada porque, a pesar de su alta prevalencia, sigue avergonzando a las mujeres que la sufren. Sin embargo, existen tratamientos médicos que mejoran considerablemente la calidad de vida de las pacientes e incluso se puede conseguir la curación completa con la implantación de esfínteres femeninos artificiales. El hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles, integrado en la red pública madrileña, está aplicando una vanguardista técnica mediante cirugía robótica para implantar este tipo de esfínteres. Es el único centro sanitario de España que lleva a cabo este pionero procedimiento mínimamente invasivo.

La cirugía robótica permite implantar este mecanismo artificial en las pacientes de forma mínimamente invasiva y con mayor precisión que con la cirugía abierta, subraya el doctor Miguel Sánchez Encinas, jefe del Servicio de Urología del hospital mostoleño.

¿Cómo funciona el esfínter urinario artificial?

El esfínter urinario artificial sirve para tratar la incontinencia urinaria de esfuerzo de ciertos pacientes. La incontinencia de esfuerzo implica escapes de orina al toser o estornudar, realizar ejercicio físico, levantar algo pesado o, simplemente, cambiar de posición. Es un dispositivo hidráulico con tres componentes: manguito, bomba de activación y reservorio. "Este mecanismo nos permite suplir la función de dicho músculo de forma fisiológica, ya que cierra la uretra cuando la vejiga se está llenando de orina, y la paciente puede activar el dispositivo para que se abra cuando desea miccionar", explica el Dr. Miguel Sánchez Encinas.

La cirugía robótica supone menor riesgo de infección, menos dolor y una rápida recuperación

El dispositivo está "compuesto por un manguito, colocado alrededor del cuello de la vejiga que permite el cierre y apertura del mismo para conseguir la continencia y evacuación vesical; la bomba de activación incorporada al labio mayor, que permite orinar a la paciente al pulsarla; y un reservorio a nivel pélvico, que contiene el líquido necesario para la apertura y cierre del manguito", añade el especialista. La cirugía robótica aporta alta precisión y visión en tres dimisiones lo que permite reducir el porcentaje de complicaciones durante la intervención. Además, hay menor riesgo de infección y de extrusión (expulsión del material protésico fuera de su lugar habitual hacia el exterior o hacia una cavidad), menos dolor y una rápida recuperación.

"El objetivo de la cirugía es conseguir que pacientes con este tipo de afecciones puedan disfrutar de nuevo de una vida normal, sin limitaciones en sus actividades físicas, laborales o en sus relaciones sociales", señala por su parte el Dr. David Carracedo Calvo, especialista del Servicio de Urología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos. Las pacientes sólo se tienen que preocupar de activar la bomba del esfínter cuando deseen vaciar la vejiga aplicando una presión suave al dispositivo.

La primera intervención mediante esta técnica se realizó en septiembre de 2018 y hasta el momento se ha aplicado a 14 mujeres con disfunción del esfínter debido a enfermedades neurológicas o con incontinencia urinaria refractaria. "El 90 por ciento de las pacientes se encuentra completamente continente, sin necesidad de utilizar ningún tipo de absorbentes, y el 10 por ciento restante presenta una importante mejoría de su incontinencia", confirma el urólogo David Carracedo.

La implantación de esfínteres artificiales mediante cirugía robótica forma parte de la cartera de servicios del Hospital Universitario Rey Juan Carlos. Se aplican tras un diagnóstico y tratamiento integral individualizado de pacientes con incontinencia urinaria, tanto simple como compleja. En este sentido, el Dr. Carracedo apunta que "en pacientes con incontinencia compleja, se estudia la causa de la misma mediante las técnicas más avanzadas, tales como la vídeourodinamia o ecografía de suelo pélvico". Asimismo, una vez incorporado el dispositivo, el equipo del Servicio de Urología del hospital mostoleño realiza un entrenamiento a la paciente sobre el manejo del esfínter artificial y le acompaña a lo largo del seguimiento postquirúrgico.