El suelo pélvico es una red de músculos, ligamento y tejidos que sostienen distintos órganos, en el caso de la mujer: útero, vagina, vejiga, uretra y recto. Actúa a modo de hamaca, manteniendo las vísceras y asegurando la continencia urinaria. Pero, además, ayuda en la etapa expulsiva del parto y contribuye a la estabilidad lumbar.

El suelo pélvico es “el gran desonocido. Sabemos que existe solo cuando nos da problemas”, cuenta a ELPLURAL.COM la Doctora Carmen Vilas Villadel Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario Infanta Elena integrado en la red sanitaria pública madrileña. Esta especialista acaba de impartir el Taller de 'Suelo pélvico: incontinencia urinaria', organizado por los ayuntamientos de Valdemoro y Pinto, una iniciativa que ha tenido muy buena acogida.

“Cuando los músculos se debilitan o los tejios y ligamentos de distienden o se lesionan, pueden presentarse diferentes problemas”, explica esta médico. “Las pacientes pueden sufrir un descenso

los órganos pélvicos por el conducto vaginal (prolapsos), dolor de espalda, incontinencia urinaria y/o fecal y disfunciones sexuales”. “Hay mujeres que sienten presión o sensación de pesadez en la pelvis o tienen problemas con la micción o las deposiciones”, añade.

No solo el embarazo y el parto

El embarazo y el parto son dos de las causas responsables de la patología del suelo pélvico, pero no son las únicas. También pueden dañar esta zona “el estreñimiento, la obsesidad, la tos crónica, levantar peso, hacer ejercicios hiperpresivos o de alto impacto y la propia edad”.

La postmenopausia, por los cambios hormonales que conlleva, es, con el postparto, un periodo especialmente crítico en este sentido.

También cosa de hombres

Del mismo modo, pese a la creencia de que el suelo pélvico es solo cosa de mujeres, cabe subrayar que también los hombres pueden verse afectados por problemas de estas características. “A la consulta llegan varones que sufren incontinencia a raíz de una cirugía de próstata, bien por la propia intervención, o porque hay una debilidad previa de suelo pélvico que se pone de manifiesto tras ésta”, precisa la doctora Vilas.

Se puede prevenir

La mejor estrategia a la hora de abordar el problema es la prevención. “Hay que empezar por saber que existe el suelo pélvico y después buscar información en sitios adecuados”, subraya. Talleres como el que se acaba de llevar a cabo en estos municipios madrileños “son de gran utilidad”, apunta. Hábitos de vida saludables, buenas costumbres y la realización de ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico y del transverso del abdomen, son los mejores aliados a la hora de prevenir.

“Cuanta más resistencia y músculo tenga el suelo pélvico, menos posibilidades hay de tener problemas en el futuro”, destaca esta médico del Hospital Infanta Elena.

Lo más recomendable, insiste, es “ponerse en manos de un especialista en la materia”. La mayor parte de la gente “no sabe localizarlo ni contraerlo y para recuperar su función de mantenimiento de vísceras y de continencia hay que saber exactamente cómo hacer”, advierte. “Hacerlo erróneamente, provoca un efecto negativo sobre el suelo pélvico”. Por ello es muy importante que el paciente se ponga “en manos de un fisioterapeuta”, insiste esta especialista.

Tratamiento

Aprender a realizar los ejercicios de tonificación del suelo pélvico y el trasverso del abdomen es fundamental tanto en la prevención como en el tratamiento. Sin embargo, hay casos en los que no es suficiente y se precisa algún tipo de medicación o, incluso, una intervención quirúrgica.

“Depende de muchos factores y de cada paciente”, concluye.