Cinco inmigrantes procedentes de Nicaragua y Guatemala han declarado contra un matrimonio de Vigo (Galicia), al que acusan de abusos sexuales en las entrevistas de trabajo que les realizaban para contratarlas supuestamente para trabajar como empleada del hogar.

El matrimonio, formado por un vigués y una mujer sudamericana, anunciaba su oferta de trabajo en internet y una vez que las chica acudían a la entrevista, las hacían desnudarse y someterse a un reconocimiento médico por parte del marido, que fingía ser enfermero con el pretexto de que querían asegurarse de que la trabajadora no tenía ninguna enfermedad que pudiera contagiar a su hija, menor de edad. El hombre, de 35 años, les realizaba tocamientos en la vagina o los pechos. Todo en el sofá del domicilio familiar. La pareja actuó desde mayo hasta mediados de octubre del año pasado, según adelanta La Voz de Galicia.

Una esclava sexual que tenía que pasearse en tanga

Una de las chicas que fue contratada finalmente tuvo que andar en tanga por la vivienda y al sentirse una esclava sexual y retenida consiguió escapar y denunciar al matrimonio, tras deambular varios días por la ciudad.

El 17 de octubre, la comisión judicial subió al piso del matrimonio a realizar un registro y comprobar los hechos. El hombre, al verse descubierto, se tiró por la ventana de su octavo piso y falleció. Su mujer fue detenida y permanece en prisión provisional a la espera juicio, en el que tendrá que hacer frente a los delitos de detención ilegal, contra la libertad sexual y revelación de secretos.

Exploraba sus vaginas, el recto y sus pechos

La investigación aún está abierta por parte del Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo, y se busca nuevas víctimas. Hasta el momento, son siete las afectadas, todas mujeres de entre 35 y 40 años y de origen centroamericano. 

Según han relatado las víctimas, durante la supuesta entrevista de trabajo, la esposa se desvestía y se quedaba en sujetador para animar a las candidatas y que su marido pudiera hacerles el falso reconocimiento médico. La mujer pretendía convencerles de que era como "si estuvieran en la playa". El hombre, siempre en presencia de su esposa, exploraba sus vaginas y les tocaba los pechos y el recto, alegando que se trataba de una exploración sanitaria.

Para dar mayor veracidad a su teatro, el hombre hacía firmar a las solicitantes del empleo un papel en el que daban su consentimiento a la supuesta revisión médica. El matrimonio les prometía tramitarles los documentos para conseguir residencia legal en España y ayudarles a traer a sus hijos.