Un total de 24 provincias del territorio peninsular, además de las Islas Canarias, estarán este jueves 18 de enero en riesgo y riesgo importante por fuertes fenómenos costeros, como olas de hasta siete metros, rachas de viento de 80 kilómetros por hora y fuertes precipitaciones, de acuerdo con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). El causante de este fenómeno es la borrasca Irene, que se encuentra actualmente en las inmediaciones del territorio peninsular tras el proceso de ciclogénesis.

Concretamente, Almería estará en riesgo por fenómenos costeros y viento, mientras que en Teruel y Zaragoza hay aviso por viento. Igualmente, Asturias también estará en riesgo por fenómenos costeros y viento. En Baleares, los fenómenos costeros activarán los avisos en Ibiza, Formentera, Mallorca y Menorca, y el viento también pondrá en riesgo Mallorca y Menorca.

A su vez, Ávila y Salamanca están bajo avisos por lluvias, mientras que Burgos y Soria estarán en riesgo por rachas de viento que podrán ser de hasta 80 km/h, al igual que en Albacete, Cuenca y Guadalajara. Por otro lado, en Barcelona y Gerona la AEMET avisa de riesgo y riesgo importante (respectivamente) por fenómenos costeros, pudiendo verse olas de hasta cuatro metros de altura.

En A Coruña, los fenómenos costeros con olas de hasta 7 metros activan el aviso por riesgo importante, que en Lugo baja a nivel amarillo y en Pontevedra vuelve a subir a naranja, provincia que, además, tiene riesgo por viento. También en riesgo por viento está Murcia, Álava, La Rioja, Castellón y Valencia, y las islas canarias de La Palma y El Hierro, tienen aviso por lluvia.

Por otra parte, la AEMET también prevé cielos nubosos o cubiertos y con precipitaciones en el norte de Galicia, área Cantábrica y la vertiente atlántica peninsular, más débiles y dispersas al principio, y que se intensificarán por la tarde-noche. El resto de la Península y Baleares experimentarán intervalos nubosos con posibilidad de algunas precipitaciones débiles, que no llegarán al litoral mediterráneo ni a Baleares.

En Canarias podrá haber intervalos nubosos, con posibilidad de algunas precipitaciones débiles, que se intensificarán según avance el día en el extremo occidental.

En lo que respecta a la cota de nieve, estará establecida entre los 1.800 y 2.000 metros en el extremo norte peninsular, descendiendo a 1.000/1.300 metros; unos 1.800/2.000 metros en la zona centro; y unos 2.000/2.300 metros en el sur. Por lo tanto, las temperaturas descenderán en el tercio norte peninsular, y habrá pocos cambios en el resto, así las heladas serán en las montañas del extremo norte, más intensas en Pirineos.

Los vientos serán del suroeste de madrugada en la Península y Baleares, con intervalos fuertes en zonas de la mitad oriental y tercio noroeste de la Península y en Baleares, así a lo largo del día tenderán a aflojar, y girando al noreste en Galicia y Cantábrico y serán flojos o moderados de dirección variable en el extremo noreste peninsular y Canarias.

 

El proceso de ciclogénesis

El proceso de ciclogénesis es el desarrollo de una circulación ciclónica en los niveles bajos de la atmósfera. Este proceso va acompañado, habitualmente, de una caída de la presión atmosférica. Puede darse en varias escalas, desde la microescala a la escala sinóptica. Su propio nombre define el fenómeno: es la génesis (el nacimiento) de un ciclón (llamado borrasca en latitudes extratropicales). Por tanto, la ciclogénesis no es otra cosa que el proceso por el cual se inicia una circulación de borrasca en los niveles bajos de la atmósfera, en este caso, de la borrasca Irene.

Así, entre el jueves y el mediodía del viernes, previsiblemente sobre las costas de Portugal y sobre la vertical del sistema Central y las mesetas, golpeará la borrasca. Tras esto, llegará el sábado al Mediterráneo y empezará a debilitarse y alejarse. Este encuentro de masas de aire con una significativa diferencia térmica entre ellas se traducirá en una alta diferencia de temperatura entre regiones españolas, además de un cambio en la cota de nieve. Todo ello, no obstante, dependerá únicamente de la posición exacta de la borrasca, algo que todavía tendrán que confirmar los modelos de mayor resolución durante los próximos dos días, y que dependerá de otros fenómenos.

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