En lo últimos años se ha producido un aumento muy importante, de más del 50%, de los casos de migraña, una enfermedad discapacitante, que afecta a aproximadamente el 12% de la población española.
Para hacer frente a la misma, hace un tiempo que comenzó a promocionarse por parte de un pequeño sector de la cirugía plástica, un tipo de intervención, cuya práctica ha ido aumentando de forma exponencial. La ideó hace dos décadas el cirujano plástico estadounidense Bahman Guyuron y se basa en descomprimir los nervios que están alrededor de los músculos faciales.
Sin embargo, desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), han lanzado una advertencia recordando que "no hay evidencias científicas que sustenten que este tipo de intervenciones puede servir de terapia para esta patología.
“El origen de la migraña está en el cerebro”, recuerda el Dr. Roberto Belvís, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN, que defiende que no tiene sentido abordar la enfermedad actuando sobre otro plano. En este sentido, explica que cuando se produce un ataque de migraña "es cierto que se activan los nervios de la cabeza", pero precisa que no se puede hablar de que están comprimidos sin una prueba al respecto. Si fuera así, recuerda, hay maneras de probarlo en los servicios de Neurología de cualquier hospital, por ejemplo, a través de electromiografías, pero nunca ha sido así. "Nunca hemos visto esas compresiones en esas pruebas", asegura.
Este especialista, reconoce que "no sabemos todo lo que ocurre durante la migraña en el cerebro", pero aclara que, "con toda la información de la que disponemos en la actualidad, esto no cuadra".
Al igual que ya hicieron hace una década a través de otro comunicado, la Sociedad Española de Neurología insiste en que no hay institución científica en el mundo que respalde ninguna de las técnicas quirúrgicas que se proponen para la migraña.
"No existe la evidencia científica necesaria y suficiente para respaldarlas", insiste el Dr. Belvís, que enfatiza que no hay ninguna argumentación con plausibilidad biológica y que los pocos estudios publicados al respecto presentan carencias metodológicas importantes". Pone como ejemplo que no cuentan con el número de pacientes necesario, que no están elaborados por varios centros o que se realizan prácticas incomprensibles como descartar hasta un tercio de pacientes sin justificación. "No hay ni un solo ensayo clínico bien hecho", afirma, indicando que esto exige "transparencia absoluta".
Asimismo, la SEN muestra su sorpresa por el hecho de que se esté publicitando una cirugía en humanos que no ha pasado por la fase animal de experimentación. "Este tipo de intervenciones deben ser sometidas al mismo rigor de análisis científico que los medicamentos y otras terapias", destacan.
En esta línea, detallan que la cirugía en la migraña ya fue sometida a debate en un simposium específico en 2023, durante el 17º congreso de la Federación Europea de Cefaleas (EHF) celebrado en Barcelona, al que se invitó a profesionales defensores de la misma. "Los neurólogos europeos rechazaron estas técnicas por falta de evidencia científica", apunta el Dr. Belvís, que expone que por esta misma razón, tampoco se mencionan estas prácticas en ninguna de las guías internacionales de tratamiento de la migraña. "Ni en la europea, ni en la norteamericana, ni en la internacional, que ha salido hace unos meses", asevera. "No se le asigna ningún nivel de evidencia porque no se le puede asignar, y ni siquiera sale como una propuesta de tratamiento", resume.
Aunque han ido en aumento de forma considerable, en España todavía hay pocos cirujanos plásticos que defiendan estas prácticas, no así en Estados Unidos, donde estámn mucho más extendidas, a pesar de que no cuentan con respaldo oficial. Esto entraña sus riesgos, pues, si bien se promocionan como mínimamente invasivas, no siempre lo son. " A veces levantan toda la piel de la frente o hacen cirugía por dentro de la nariz", aclara este neurólogo, que indica que en esos casos hay sedación anestésica y eso entraña un riesgo.
El Dr. Belvís recalca que esto no es una guerra entre sociedades médicas e invita a cualquier profesional de la salud que quiera colaborar en la migraña a hacer un estudio bien diseñado, que esté aprobado por un comité ético y por las autoridades pertinentes, y que cuente con la participación de neurólogos, "que somos los que tenemos que valorar al paciente antes y después".
Este experto en migraña confiesa que en alguna ocasión se ha encontrado frente a alguna persona que llega a él tras haberse sometido a este tipo de cirugía. "Alguno, inicialmente, sí notó una mejoría, que después desapareció", comenta, detallando a continuación cuán poderoso es el efecto placebo. "El efecto placebo existe, y cuanto más invasivo es el proceso mayor es. Esto lo vemos en todos los ensayos que hacemos. Ni los médicos ni los pacientes sabemos quién es el que toma el placebo y muchas veces sorprende cuando se desvela. El cerebro es mágico", relata.
Por último, el Dr. Belvís llama la atención sobre otro de los problemas que afectan a quienes defienden este tipo de cirugías para la migraña: el conflicto de intereses, algo que tendrían que declarar, como ocurre en cualquier estudio clínico de fármacos. "Económicamente sus clínicas se nutren de esas cirugías", expone.
Por todas estas razones, desde la Sociedad Española de Neurología aconsejan a los pacientes, que antes de someterse a una técnica de estas características consulten siempre con su neurólogo. Conscientes de la desesperación que puede causar esta enfermedad en quienes la sufren, reiteran que, si bien la migraña no tiene cura, "hay muchas novedades terapéuticas con base científica", y "están más por venir".
Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes
Síguenos en Google Discover