La Navidad es una temporada llena de festividades y reuniones familiares, pero también representa un desafío significativo para las personas con alergias alimentarias. Es crucial entender los riesgos y tomar precauciones para garantizar que estas festividades sean seguras y alegres para todos, especialmente para aquellos con sensibilidades alimentarias.

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), siete de cada diez reacciones alérgicas graves ocurren fuera de casa, un riesgo elevado durante una época donde abundan las comidas en restaurantes y hogares ajenos. Estas reacciones pueden variar desde síntomas leves como picor de boca y garganta hasta condiciones severas como anafilaxia.

Los casos de reacciones alérgicas a alimentos suelen aumentar en Navidad debido a la introducción en nuestra dieta de productos altamente alergénicos, típicos de esta época, según explica la doctora Mar Fernández Nieto, alergóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz . En niños, las alergias más comunes involucran la leche, el huevo, los pescados y los frutos secos, mientras que en adultos, frutos secos, pescados y mariscos son más prevalentes.

Niños y novedades en el menú

Factores como el asma, el ejercicio físico, y el consumo de analgésicos o alcohol pueden agravar estas reacciones. Aunque buena parte de las alergias alimenticias se ven acrecentadas en esta fecha por un mayor consumo y que, con motivo de las festividades, se comen productos nuevos, como nuevas frutas a las que los niños no están acostumbrados.

La doctora Fernández Nieto insiste en que "muchas veces son los niños los que desarrollan por primera vez una reacción alérgica al probar estos productos que no son habituales en su dieta", por lo que hay que prestarles especial atención a si muestran indicios de reacción alérgica en las dos horas siguientes al consumo del alérgeno.

Consejos fundamentales

De manera general, consejos que básicos que hay que tener siempre en cuenta es contactar con restaurantes si vamos a comer fuera, para comunicar al personal las alergias alimentarias, para identificar y modificar los platos según sea necesario. Si las celebraciones son en el entorno familiar, al planificar comidas en casa hay que preguntar a los invitados sobre posibles alergias y preparar opciones seguras.

Además, es fundamental saber revisar las etiquetas y verificar los ingredientes de todos los productos utilizados en la cocina, especialmente en los dulces caseros que suelen contener alérgenos comunes. Más allá del cocinado, conviene prestar atención al almacenamiento, preparando primero los alimentos sin alérgenos y guardándolos separados para evitar la contaminación cruzada.

Doctora Mar Fernández Nieto, Especialista de Alergia de la Unidad de Asma de Alta complejidad con grado de Excelencia del servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz
La doctora Mar Fernández Nieto, alergóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
 

Cuidado con los niños

En lo que respecta a los niños, que son especialmente sensibles en esta época, es fundamental comunicar las alergias del niño a toda la familia. Es difícil controlar todos los ingredientes, pero esta labor es más sencilla si todos los invitados son partícipes. Y los niños tienen que ser los propios implicados en su precaución, por lo que hay que recordarles qué alimentos no deben comer, para que no se despisten al salir de casa y sigan en alerta preguntando por los ingredientes de su plato antes de comer.

Conviene eliminar todos los ingredientes para evitar contactos accidentales. No obstante, si optamos por preparar un menú especial para la persona alérgica, "se ha de tener mucho cuidado cuando se elabora el plato con el alimento implicado en la cocina; se ha de usar menaje diferente y no contaminado con el alérgeno, hasta que el plato llega a la mesa", alerta la doctora Fernández Nieto, señalando que tampoco se aconseja compartir las fuentes.

Es recomendable que los niños no estén en la cocina mientras preparamos la comida, porque cabe recordar que el vapor de ciertos alimentos también puede provocar una reacción alérgica en los pequeños o una crisis de asma. Y también conviene estar alerta con los polvorones y turrones tan típicos, porque contienen ingredientes altamente alergénicos y muchos niños se acercan a ellos por primera vez.

El marisco, el rey de las alergias

En lo que respecta a los adultos, el rey de las alergias es el marisco. Hay varios tipos de alimentos que entran en esta categoría, como son los crustáceos, como gamba, langostino, cigala o nécora, que son los que más alergias provocan y precisamente los que más gustan por sabor. También entran aquí los bivalvos, como almejas y mejillones, reconocibles por tener concha. Los cefalópodos, como el calamar, el pulpo o la sepia, también entran en esta categoría, así como otros menos populares, como los gasterópodos (bígaros o caracoles).

Se puede tener alergia a uno de los tipos y tolerar los demás, o ser alérgicos a todos. Los síntomas más reconocibles son el angioedema, que es un tipo de edema cutáneo, la sensación de falta de aire o, en versión más grave, la anafilaxia, que puede causar asfixia sin un tratamiento urgente.

Bulos y equivocaciones

Por otro lado, dos equivocaciones, o bulos, que hay que considerar. Por una parte, no es lo mismo ser alérgico que intoxicarse, que también puede producirse con el marisco si está en mal estado y que se manifiesta con dolor abdominal o diarrea. Por otra parte, está muy extendido el bulo de que hay relación entre la alergia al marisco y la reacción alérgica al contraste yodado. La doctora alergóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz explica que "la alergia al marisco se produce por sensibilización a proteínas contenidas en estos alimentos, no por el yodo que puedan contener". La reacción alérgica a medios de contraste es muy poco común y ni tan siquiera se considera el yodo como un alérgeno.

Uno de los mayores errores frente a la alergia del marisco es creer que quienes lo padecen solo lo sufren al ingerirlo. La reacción alérgica se puede desencadenar desde la cocción del marisco hasta un mero roce con otro comensal. "También se produce por el roce con el alimento, darle un beso a alguien que haya comido marisco, o por la inhalación de los vapores de cocción", nos explica la doctora Mar Fernández Nieto.

Por ello, cuando manipulemos o cocinemos marisco es fundamental prestar atención a los utensilios y los recipientes que se usan para ello. Por eso, la doctora insiste en que "si un paciente es alérgico al marisco, normalmente se recomienda que no se coma marisco en esa casa por el riesgo que conlleva". Y, por último, revisar los ingredientes de las sopas, cremas y pasteles, ya que pueden contener trazas de este alimento. "Siempre hay que preguntar por los ingredientes que llevan", apunta la experta del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Y muy importante: es fundamental que lleven y porten la adrenalina en autoinyectores los pacientes que así la tengan prescrita, por si sufren una reacción alérgica, recalca la especialista.