Casi tres meses después de su conclusión, Operación Triunfo sigue dando de qué hablar. O más en concreto sus concursantes. Sin embargo esta vez los protagonistas no son Amaia y Alfred –ganadora y cuarto clasificado, respectivamente- y la polémica que han generado a raíz del libro España de mierda de Albert Pla, a menos de dos semanas de representar a nuestro país en el festival de Eurovisión. En esta ocasión, le ha tocado a Aitana Ocaña –segunda clasificada- experimentar la cara más amarga de las redes sociales.

La joven cantante se encontraba estos días en Los Ángeles preparando su primer trabajo en solitario. Tras unas jornadas de duro trabajo, Aitana decidió darse un chapuzón en las playas de California y compartirlo con sus seguidores de Instagram, donde está cerca del millón se seguidores (975.000 followers acumula ya), dos fotos en biquini.

Entonces, entre los miles y miles de comentarios positivos que amontonaba la publicación, se colaron una serie de textos que criticaban a la catalana por promover la “delgadez extrema” y los “trastornos alimenticios”, un absurdo para cualquiera que haya seguido esta última edición de OT.

Aitana, dolida por las críticas (recordemos que sólo tiene 18 años), decidió borrar la publicación porque se estaban tocando temas que le dolían mucho.

A raíz de esta autocensura, los admiradores de la intérprete decidieron crear el hastag #ContigoAitana, en el que animaban a la catalana a subir las fotos que ella quisiera, sin importar las críticas. El tema rápidamente se convirtió en tendencia en España, y acumuló miles de tuits, tanto de fans como de compañeros de la Academia.

Sin embargo, esta historia no acaba aquí, y es que tiene un final feliz. Un par de días después de borrar la publicación, Aitana volvió a Barcelona y una vez aquí decidió subir nuevamente las fotos de la discordia a Instagram con un lema claro: “Y recordad, todas y todos sois 10”. Pues eso.