La detención en Algeciras de Sito Miñanco, una de sus hijas y un familiar de Laureano Oubiña, y la entrada en el Hospital de la Línea de la Concepción (Cádiz) de 20 encapuchados para llevarse a un narcotraficante herido y detenido, ha vuelto a llevar a los titulares la situación existente en la zona.

Sin embargo, la violencia y la delincuencia es la realidad cotidiana a la que ciudadanos y fuerzas de seguridad se enfrentan cada día.

Asociaciones de policías y guardias civiles como la ARP (Agrupación Reformista de Policías) y la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles) han denunciado en más de una ocasión la situación existente en Algeciras, donde hay una carencia importante de medios y efectivos.

La plantilla policial está “parcheada” con unas comisiones de servicio que tratan de ocultar un Catálogo de Puestos de Trabajo deficitario”, relata a ELPLURAL.COM Luis Miguel Lorente, coordinador general de la ARP. “No se repone a los funcionarios que pasan a segunda actividad ni a los que se jubilan”.

La Comisaría Local de Algeciras es la que concentra mayor volumen de trabajo de toda la provincia. A la lucha contra el narcotráfico que lleva a cabo, se suma “un centro de internamiento de extranjeros, con su anexo en la localidad de Tarifa, un puesto fronterizo, el traslado de presos de la Prisión de Botafuegos y diferentes sedes judiciales que se encuentran en distintos puntos de la ciudad”.

La misma situación especialmente preocupante comparte la comandancia de la Guardia Civil del municipio, cuenta a este medio Juan Fernández, portavoz de la AUGC.

Tiroteos en el estrecho

Esta falta de medios y efectivos ha hecho que los narcotraficantes hayan ido “envalentonándose”. Los enfrentamientos armados ya no son algo puntual, explica Lorente. “El problema se ha ido agudizando”, apunta Fernández, hasta llegar a un punto insostenible, donde la seguridad, tanto de los ciudadanos como de los agentes, está en grave riesgo.

En varias ocasiones las patrullas marítimas han sido tiroteadas por narcotraficantes embarcados en lanchas de alta velocidad. “Hace tiempo que se sabe que se han armado -antes era inisual que llevasen armas de fuego- y que han llegado, incluso, a contratar "sicarios" para repeler las actuaciones policiales, cuentan desde la AUGC.

Hay un total menosprecio a la vida y la integridad física de los funcionarios, narra el portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. “Ya no se respeta nada ni a nadie”.

El Ministerio ignora las advertencias

Las advertencias de policías y guardias civiles, sin embargo, han sido desoídas reiteradamente. No se han adoptado las medidas necesarias en prevención de riesgos ni se han incorporado medios para contrarrestar la escalada de violencia.

“Solo cuando pasa algo o hay denuncias, adoptan medidas” apunta el coordinador general de la ARP, pero por poco tiempo. “En verano, cuando hubo un repunte, se enviaron unidades, pero a los pocos días se fueron”, añade el portavoz de la AUGC.

A pesar de que “lo hemos denunciado públicamente y lo hemos comuicado a los administraciones, no nos escuchan”, insisten desde la Agrupación Reformista de Policias.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles, por su parte, tiene claro que el responsable es el Ministerio del Interior, que ha de desarrollar un plan efectivo de seguridad ciudadana en el ámbito de La Línea.