Mónica Gracia es la secretaria general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), la única mujer líder de un sindicato en España, pero a ella le gustaría que su liderazgo no despertara interés porque esta circunstancia significa que “aún no se ha asumido con normalidad lo que en otras profesiones hemos interiorizado desde hace años".

"¿Qué sentí cuando me vi al frente del sindicato mayoritario de policías? Una gran responsabilidad. Lo más importante es la calidad del trabajo que podamos desarrollar, y no creo que eso tenga nada que ver con ser hombre o ser mujer. En la Comisión Ejecutiva Nacional y en la estructura periférica de nuestra organización, hay mujeres y hombres con puestos de responsabilidad, y no tiene mayor ni menor peso por ser hombres o mujeres. La trascendencia se basa en la profesionalidad y en el grado de implicación”.

“Soy policía desde hace casi 25 años. Nunca me he sentido limitada por la opinión de mi entorno familiar, que siempre me ha apoyado en mis decisiones. Mi actual cargo ha supuesto una dedicación extra del tiempo que debo restarle a mi familia, y eso es lo que más  directamente sufren mi marido y mi hija de 8 años. No obstante, gracias a su apoyo y a su implicación en las responsabilidades familiares, yo he podido seguir adelante con este reto sindical”, añade Mónica Gracia.

Sólo un 14,5% de mujeres

Según datos de la Policía, “la presencia de la mujer representa el 14,5 % del colectivo, 9.063, exactamente, de un total de 62.953 entre situación de activo y segunda actividad. Actualmente hay siete comisarias principales frente a 122 hombres en esos cargos y 24 comisarias frente a 244 hombres. En la Junta de Gobierno, el órgano de dirección de la Policía Nacional, de las tres Subdirecciones Generales, dos están lideradas por mujeres.Una proporción que esperemos vaya incrementándose, pero que en relación a otros colectivos, como por ejemplo la Guardia Civil que está en torno al 7%, no deja de ser reseñable”.

Una institución con patrones masculinos

“La Policía ha cambiado y evolucionado en la misma medida que lo ha hecho la sociedad, aunque es cierto que se trata de una institución con patrones masculinos, no olvidemos que las primeras mujeres ingresaron en el año 1979, lo que generó  en ese momento problemas de aceptación, que a día de hoy se han convertido en casos aislados”.

El lenguaje machista está muy arraigado

A su juicio, la Policía debe cambiar “aspectos de carácter formal muy arraigados: el lenguaje, el estilo de los documentos, el lenguaje de los atestados, o prendas como el uniforme y los chalecos adaptados a la anatomía femenina que tanto nos ha costado conseguir. Actualmente, sabemos que se está trabajando en un manual de buenas prácticas en lo referente al lenguaje”.

La vocación, en segundo lugar

"La mujer suele anteponer, en los puestos de trabajo, la estabilidad a la vocación. Es decir, prefiere elegir destinos con un horario constante y sin sobresaltos, antes que un trabajo que le apasione para poder abarcar las responsabilidades familiares”, explica la líder del SUP.

“En la policía no hay diferencia de sueldo entre hombres y mujeres, pero siendo mujer es más complicado llegar a puestos de responsabilidad, lo que al final condiciona también las posibilidades económicas y desnivela la balanza generalmente en favor del sector masculino", añade Mónica Gracia, que precisa que “los nuevos modelos familiares conllevan medidas de respuesta a esas necesidades, y me refiero como ejemplo, a las custodias compartidas y a las familias monoparentales”.

Personas LGTBI dentro de la Policía

“La tónica  general es de integración en su ámbito laboral sin incidentes y con total respeto. Por supuesto que pueden producirse, como en cualquier otro colectivo, casos aislados de alguna reticencia. Considero que son mujeres valientes que no deben verse condicionadas por su opción sexual, y nuestro sindicato pone a su disposición los recursos necesarios”, contesta la secretaria general del SUP.

Expectación ante policías trans

En la Policía Nacional hay casos de policías transexuales. “No es una situación que afecte a un número amplio de policías, pero existen casos. La forma de vivirlo depende, como todo en la vida, de la actitud de la persona. El hecho de tratarse de casos puntuales puede dar lugar a que se genere cierta expectación, pero somos un colectivo diverso donde prevalece nuestra profesionalidad”.

En los partidos hay de todo

Sobre la respuesta política a las demandas de policías, la líder del SUP no hace distinción. “En todos los equipos hay personas brillantes y otras que lo son menos, hay personas más dialogantes y otras más reticentes. Por lo tanto la relación se establece en base a la predisposición de trabajar y construir. La relación no se mide por el tinte político, sino por la voluntad y la implicación en  alcanzar unas metas”.

El futuro

“Lo veo esperanzador. Con una proyección positiva que mejore nuestro colectivo, tanto para hombres como para mujeres”, subraya Mónica Gracia.