El arzobispo de Valencia y exvicepresidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Cañizares, ha dirigido una carta de conmemoración por el aniversario de la Constitución en la que señala a los principales riesgos para el texto respecto a la "dignidad inviolable de todo ser humano". Ni el paro, ni la falta de vivienda ni la pobreza son sus preocupaciones sino el independentismo unido a sus principales fobias: matrimonio gay, aborto, fecundación in vitro…

Cañizares se muestra preocupado por el independentismo, aunque también ignora el resurgir de la extrema derecha, sobre todo en la región bajo su protección, Valencia, donde se dieron graves altercados por parte de los ultras. Según el cardenal, un valor a proteger es "la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles" que, junto a la dignidad de la persona, son derechos inalienables y, “por sí mismos, anteriores a la misma Constitución”.

En lo que respecta a la dignidad humana, ni la pobreza ni la desigualdad son las amenazas para Cañizares, sino "la vulneración del derecho a la vida con el aborto y la eutanasia, con la fecundación artificial o experimentación de embriones que algunos propugnan", un campo en el que también incluye a los riesgos “referidos al matrimonio reconocido por la Constitución únicamente entre el hombre y la mujer (Art 32)". Y carga contra las “nuevas ideologías, como la de género”.

Cañizares critica los “recortes a la libertad de enseñanza, o al no desarrollo de todo lo implicado y exigido en el derecho a la libertad religiosa" y ataca los "nacionalismos excluyentes y la puesta en riesgo de la unidad e integridad de España”. Según el arzobispo, el independentismo "es uno de los problemas principales con los que a casi cuarenta años de la Constitución nos enfrentamos".