Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, duque consorte de Franco y grande de España, marido de la única hija de Francisco Franco, con la que tuvo siete hijos, representó mejor que nadie la figura privilegiada del “yernísimo”. El estar casado con la única hija de dictador, Carmen Franco Polo, fue un privilegio del que se aprovechó hasta extremos inconcebibles. Una boda a la que acudió uniformado como Caballero de la Hermandad del Santo Sepulcro, Orden Militar que le había nombrado caballero pocos días antes. Tanto disfrutó y se benefició desde que se casara con Carmen Franco Polo el 10 de abril de 1950, que fue el máximo protagonista del intento casi sádico de prolongar la vida del dictador cuando en realidad estaba más muerto que vivo en una habitación del hospital madrileño de La Paz, rodeado de aparatos, cables y monitores. Unas imágenes patéticas y morbosas de un Franco agonizando, que fueron fotografiadas y publicadas ocho años después por “La Revista” y que dieron la vuelta al mundo. El autor de esas polémicas fotos fue el propio yerno de Franco. Fuentes oficiales aseguraron que le robaron una copia, otras, en cambio, que hizo negocio de la muerte de su suegro y las vendió.

Martínez-Bordiú intentó perpetuar el franquismo alargando la agonía de Franco

Médico de profesión, se incorporó al “equipo médico habitual” que atendió al dictador durante su agonía como máximo responsable creando malestar en el grupo de facultativos por sus decisiones polémicas. Entre otras controvertidas decisiones una de ellas fue la de prolongar durante unos días la agonía del dictador moribundo. El objetivo no era humano sino el del interés político como era poder controlar la sucesión y manejar los hilos del próximo gobierno. Seguir detentando el disfrute de los privilegios del poder, en definitiva. Prolongar la vida de su tirano suegro equivalía a seguir manteniendo la gran relevancia social y económica que obtuvo por su boda en la España franquista. El objetivo era llegar con vida hasta el día 26 de noviembre para evitar el cese del presidente de las Cortes y del Consejo de Regencia. De esa manera se pretendía ganar tiempo para perpetuar y dilatar del régimen. Por el estado del paciente y los rumores no pudo hacerse pero si se hizo coincidir el óbito con el mismo día y hora del fallecimiento de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange, la ideología inspiradora del franquismo. El marqués de Villaverde mantuvo destacadas y activas posiciones en tramas ultraderechistas.

Imagen publicada en La Revista de la agonía de la muerte de Franco

Pretencioso, bronco y bon vivant con fama de conquistador

Cristóbal Martínez-Bordiú y Ortega nació en la localidad jienense de Mancha Real el 1 de agosto de 1922 en el seno de una familia noble. Se le considera el auténtico estratega en materia patrimonial y económica de la familia del Jefe de Estado. Bajo el paraguas de su suegro, llegó a sentarse en 27 consejos de administración de grandes empresas. Hasta tal punto fue así que tras la boda se hizo popular entre la gente esta coplilla: “La niña quería un marido/ la mamá quería un marqués/ el marqués quería dinero/ ya están contentos los tres”. Pretencioso y bronco de carácter, fue el mejor representante de la buena vida de la familia Franco. Amante de los viajes y de las cacerías, de la ruleta y el bacarrá, se ganó en su día fama de conquistador. Según recogen de palabras del confesor del dictador, el padre Bulart, Carmen Franco "dijo que procuraba tener amigas que no fueran señoras muy agraciadas físicamente tal vez ante el temor de que no se vaya a enamorar de alguna su marido".

Un fiasco de trasplante de corazón vendido al mundo

Se doctoró en Medicina en la Universidad de Madrid. La propaganda franquista lo presentaba como uno de los mejores cardiólogos del mundo pero la realidad no era esa. Su propio hijo Francis reconoció que su padre “quizá no era el mejor médico de España”. El marqués se dedicó más que a la medicina al ejercicio de acumular cargos muy bien pagados en distintos hospitales públicos en los que se afirma que apenas aparecía. En septiembre de 1968 se vendió que el “yernísimo” había sido el primer cirujano español en efectuar un trasplante cardíaco pero lo cierto es que el enfermo falleció a las 27 horas de operarle. El Régimen intentó apuntarse un tanto mundial nueve meses después de que el doctor sudafricano Christian Barnard lo lograse por primera vez en Ciudad del Cabo pero fracasó estrepitosamente. La prensa franquista le siguió presentando como "uno de los mejores especialistas del mundo" pero como más adelante dijera su propio hijo, Francis, "quizás no era el mejor médico" del país. Tras el fallecimiento de la persona trasplantada, la respuesta del marqués no pudo ser más pintoresca: “Desde el punto de vista médico, el resultado puede ser considerado un éxito…era un caso perdido”.
 

Suspendido de empleo y sueldo en 1984 y destituido dos años después

En 1984 Martínez-Bordiú fue suspendido de empleo y sueldo durante cinco años por "bajo rendimiento y deficiencias en el servicio a su cargo" siendo ministro el luego asesinado por ETA, el socialista Ernest Lluch. Esta sanción venía motivada por un expediente que se le hizo por el fallecimiento de un enfermo en el Hospital Ramón y Cajal y la demanda que se le presentó. En su controvertida vida laboral tuvo otro borrón más cuando la Comunidad de Madrid le destituyó en 1986 como director médico de la Escuela de Enfermedades del Tórax. Aunque recurrió esta decisión los tribunales volvieron a fallar en su contra tres años después.

La Magistratura de Trabajo desestimó en 1987 una demanda del “yernísimo” en la que pedía poder disfrutar de dos pensiones de la Seguridad Social cuando solo había ejercido un trabajo. Cinco años después, en 1992, sufrió otro revés porque un paciente lo denunció por negligencia por “olvidar” unas gasas en su tórax tras haberle operado. A estos reveses hay que unir a su relación con determinados escándalos económicos y actividades vinculadas al tráfico de influencias.

Fracasó en su intento de estar activo en política tras morir el dictador


Recibió distintos apodos tales como el de de “Marqués de Vespaverde” por promover la importación de las motos Vespa. También se le conoció como el “Marqués de Vayavida” por característica de bon vivant. Sus intentos de continuar dentro del poder como procurador en las Cortes por el grupo perteneciente a los Colegios Médicos en 1971, fracasó estrepitosamente. Este hecho lo narraba el historiador Xavier Tusell en 1998: “En mayo de 1976 presentó su candidatura para un puesto vitalicio en el Consejo Nacional con el apoyo de los más fascistas entre los fascistas. Apeló al recuerdo de su suegro y al deber de conciencia de los votantes. Pese a haber sido el yernísimo, le votaron tan sólo 25. Casi triplicó sus votos un chusquero de la política llamado Adolfo Suárez”.

Cristóbal Martínez-Bordiú, el yernísimo, el Caballero del Santo Sepulcro, falleció el 4 de febrero de 1998, casi un cuarto de siglo después de su tirano suegro, a causa de una hemorragia cerebral en la clínica Ruber Internacional.