Al menos 18 policías nacionales en Madrid están siendo investigados por allanamiento de morada (la llamada patada en la puerta) en pisos turístricos o domicilios en los que se celebraron fiestas durante el estado de alarma decretado para combatir la pandemia de coronavirus. Los agentes están citados a declarar en septiembre y octubre.

Dos juzgados de Madrid investigan dos intervenciones policiales en viviendas de la capital a las que los agentes accedieron presuntamente sin consentimiento del titular, sin la autorización de un juez y sin tener constancia de la existencia de un "flagrante delito", que son los tres supuestos en los que se puede romper la inviolabilidad de un domicilio, según el artículo 18.2 de la Constitución.

La celebración de esas fiestas, aunque se estuvieran incumpliendo las restricciones que estaban en vigor para hacer frente a la pandemia, como el toque de queda o la limitación de las reuniones con no convivientes, no era delictiva y no justificaba una intervención policial sin autorización judicial. Los agentes alegaron que las personas implicadas se negaron a identificarse, pero la negativa a facilitar la documentación no es en sí un delito de desobediencia, sino una infracción administrativa grave regulada en el artículo 36.6 de la Ley de Seguridad Ciudadana (ley mordaza). 

La actuación en una vivienda de Villaverde

Los ocupantes de las viviendas y los policías han presentado denuncias por cada parte. En lo que respeta a las interpuestas por los agentes sólo se ha admitido la que deriva de una intervención policial que tuvo lugar en la madrugada del 9 de diciembre de 2020 en un piso del distrito de Villaverde de la capital, según adelanta Eldiario.es. El Juzgado de Instrucción nº 4 de Madrid ha citado a declarar en octubre por un presunto delito de allanamiento de morada a 12 policías que acudieron a ese inmueble alertados por una vecina y también están imputados por atentado a la autoridad los cinco ocupantes de la vivienda, a los que la Policía acusa de impedir su identificación y resistirse a los arrestos. 

Los policías acudieron a la vivienda alertados por una vecina, que indicó que se estaba produciendo una "fuerte reyerta" y que podía oír los "fuertes gritos de una mujer" y a "un niño pequeño llorando". Cuando los agentes llegaron, los ocupantes se negaron a abrir la puerta y profirieron "continuamente insultos y amenazas", según el atestado.

Los policías abatieron la puerta y allí encontraron a personas con "síntomas de haber consumido estupefacientes" y que pillaron el pie de un policía, lo que llevó a otro agente a utilizar un spray de gas pimienta hacia el interior para que los ocupantes se apartaran y su compañero pudiera retirar la pierna.

Investigados por una intervención en el barrio de Salamanca

El informe policial relata que fue un superior quien acabó dando orden de "entrar en el domicilio" con urgencia ante la posibilidad de que se hubiera producido un  "hecho violento" con peligro para la mujer y el menor. Los ocupantes fueron detenidos y trasladados a comisaría, donde fueron puestos en libertad una horas después sin pasar a disposición judicial. 

La otra actuación policial ocurrió en un piso del barrio de Salamanca de Madrid celebrada en marzo que se hizo viral después de que se difundiera un vídeo en el que se veía a los policías derribando la puerta por la fuerza con ariete. El pasado 13 de julio, el Juzgado de Instrucción nº 28 de Madrid admitió a trámite la querella presentada por el dueño de la vivienda, un ciudadano británico que reside en España.

El magistrado considera que los hechos denunciados "presentan características que hacen presumir la posible existencia de delito de allanamiento de morada" y cita a declarar como investigados a seis agentes para el próximo 17 de septiembre. También llama a declarar al autor de la denuncia y a otros dos testigos que estaban esa noche en la vivienda.