Tengo la sospecha de que el Gobierno actual, con el so pretexto de combatir una situación grave, -que lo es-, lo que en realidad hace, es imponer una ideología, que sin crisis, también lo hubiese intentado, pero que le estaría resultando más difícil explicarla. Así no se tienen que esforzar en dar explicaciones. Un tremebundo conjunto de medidas variopintas, todas ellas encaminadas, según pretenden vendernos, al arreglo de “una situación caótica que hemos heredado”. No.

Una sociedad que tiene a millones de familias en apuros, no piensa en la forma de elegir a los magistrados del Consejo General del Poder Judicial. Pasa olímpicamente. ¡Qué le importa eso!. ¿Van a pensar en si es mejor que a los magistrados los elija el Congreso de los Diputados, o las asociaciones de jueces? Pues claro que no. ¿Van percatarse de que es un retroceso democrático de treinta años? Ni lo piensan, ni les importa. No hay sosiego, ni tiempo para darse cuenta. Por eso es el momento.

Es que no da tiempo a darse cuenta, ni mucho menos a debatir, las consecuencias de un desmantelamiento total de nuestro sistema educativo, de nuestro sistema de salud, de un retroceso irreversible en el estado del bienestar. No da tiempo a ser conscientes de lo que pasa. Es muy fácil vender a personas en angustiosa situación, que hay que tomar medidas aunque no nos gusten. No da tiempo a darse cuenta de que nos está invadiendo una corriente que reconduce lo público hacia lo privado. No da tiempo a ser conscientes de que el empleo que vamos a conseguir, -cuando lo consigamos,- va a ser un 40 % más barato. No da tiempo. Todo se acumula.

Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com.es/