El pasado domingo el Consejo Político regional de este partido ha decidido preguntar a sus bases y simpatizantes cuál debe ser la postura de sus tres parlamentarios para inclinar la balanza hacia uno u otro de los partidos mayoritarios: O abstenerse a favor del PP, que cuenta con 32 parlamentarios electos, o apoyar a los 30 del PSOE y conseguir con ello una mayoría de izquierdas en la Asamblea extremeña.

Pero aunque la opción pareciera evidente y debiera ser sencilla de decidir por los dirigentes de esta formación política -en consideración a su historia y a sus convicciones- éstos no quieren mojarse y pretenden diluir su responsabilidad decisoria en las bases del partido, las asambleas locales, y los simpatizantes colaboradores a través de intrincados y complejos procedimientos de consulta que se demorarán hasta la misma víspera de la constitución de la Asamblea.

Una abstención que propiciaría el gobierno del PP, un respaldo al PSOE sin entrar en el Ejecutivo o un apoyo a los socialistas e integración en el Gobierno regional serán las alternativas de la consulta “no vinculante” que se hará a 900 militantes de 120 asambleas locales, a 600 socios de Los Verdes y Socialistas Independientes de Extremadura y a 500 simpatizantes colaboradores activos en la campaña y miembros de la plataforma Refinería No. Y, una vez obtenido el desenlace de las urnas en esta consulta, se trasladará al Consejo Político que, integrado por 52 dirigentes nacionales, tendrá la última palabra, pero con la particularidad de que, aunque este órgano no tiene porqué acatar el resultado, los dirigentes regionales extremeños han prevenido al citado Consejo de que debe respetarlo.

Como puede apreciarse se ha articulado un procedimiento de toma de decisión diáfano, claro, riguroso, transparente y, ante todo y sobre todo, que garantiza el sentir de la mayoría minoritaria o de la minoría mayoritaria de los militantes, de los socios, de los simpatizantes colaboradores, de las plataformas amigas y de los dirigentes nacionales, regionales y locales de esta formación política.

No obstante, dejemos la ironía al margen y hablemos con claridad pues el asunto merece la máxima seriedad. Cuando los resultados electorales no le son favorables a IU sus responsables culpan casi en exclusiva a la ley D´Hont pero, aunque en eso tienen un punto de razón, parece que no se percatan de que en las ocasiones que han de tomar decisiones de significativa importancia política muestran una nada despreciable incapacidad y se refugian en una mal entendida democracia interna.

¿En qué listas electorales aparecían los dos mil militantes, socios y simpatizantes colaboradores de esta fuerza política en los últimos comicios autonómicos y municipales? Los dirigentes políticos, que para ello son elegidos y dan la cara ante los electores, han de tener el coraje y la determinación de tomar decisiones por sí mismos y no ampararse en supuestas democracias internas y procesos asamblearios.

Y mientras, la derechona descojonándose.

Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas