Pero no le echemos la culpa, solo a los gobiernos neoconservadores. No le echemos solo la culpa a Merkel y a todos los que le han estado diciendo: “Sí guana”. También tienen su parte alícuota de responsabilidad los partidos socialdemócratas que no han sabido, o no han tenido la decisión, la fuerza, de crear corrientes de opinión que compensaran el declive hacia donde nos dirigíamos.

Afortunadamente, ya parece que nos empezamos a dar cuenta, de que la crisis de la deuda asfixiaba a los países periféricos, de que los planes de ajuste, de recortes o de austeridad, nos estaban hundiendo cada vez más en una recesión insoportable, de que cada vez estamos más lejos de la salida de la crisis, de que hemos hundido a los sectores más débiles en un pozo del que les será muy difícil de salir, de que la desigualdad entre países de la Unión es cada vez más acusada, etc., etc…

Para España y para los españoles es bueno que Rajoy se haya dado cuenta, -un poco tarde-, de este cambio de rumbo. Y que junto a Monti, se hayan decidido por posicionarse más cerca de Hollande que de Merkel. Es bueno. Pero este cambio hay que saber administrarlo. No basta con ir a Europa con cara de socialdemócrata y continuar en España con las políticas neoliberales. No basta con pedir en Europa recapitalizaciones directas, al tiempo que en nuestro país, se ahoga el crédito y el consumo. ¡Dos caras no! Ahora está obligado a diseñar una hoja de ruta, que nunca ha tenido. Una hoja de ruta, en cuanto a políticas, “y en cuanto a discursos”. Todos estamos obligados a favorecer un cambio de ciclo, con daños irreparables.

Julio García-Casarrubios Sainz
http://juliocasarrubios.blogspot.com