El yacimiento arqueológico de Caraca nunca deja de sorprender. Desde que en 2016 se localizase esta antigua ciudad en las inmediaciones de Driebes (Guadalajara) no ha dejado de ofrecer interesantes hallazgos.

Al foro, las termas y el acueducto se le añaden en los últimos años estructuras de carácter funerario como el ustrinum, destinado a las incineraciones en época tardorrepublicana.

En esta séptima campaña arqueológica los hallazgos no han sido para menos, y aunque las investigaciones aún no han concluido, auguran resultados prometedores.

La ciudad de Caraca hunde sus orígenes en época prerromana

La ciudad de Caraca hunde sus orígenes en época prerromana. Fotografía durante las excavaciones del año 2017.

La necrópolis

Aunque este año la ciudad de Caraca consiguió la declaración de Bien de Interés Cultural (DOCM de 9 de febrero de 2023, Resolución de 27/01/2023) todo su entorno está cargado de historia, recordemos los dos tesoros encontrados en las afueras de la ciudad, en 1945 y en 1597.

Desde hace tres años las excavaciones se han focalizado en una interesante necrópolis de época tardoantigua que en 1982 ya mencionó Jorge Sánchez-Lafuente. Este lugar de enterramiento destaca por la llamativa concentración de tumbas que podrían dar respuesta a los tantos interrogantes como supone este lugar.

Se compone de tumbas de dos modalidades, cista y losa, que coinciden en su orientación (con los pies de los difuntos al Este y la cabeza al Oeste) evidenciando así, la creencia cristiana en la resurrección de los cuerpos.

En las losas de las tumbas se aprecia claramente la orientación hacia la salida del Sol

En las losas de las tumbas se aprecia claramente la orientación hacia la salida del Sol. (Fotografía de Emilio Gamo)

Tal y como explicaron los directores de la excavación, Javier Fernández Ortea (arqueólogo) y Emilio Gamo Pazos (Museo Arqueológico Nacional) durante la jornada de puertas abiertas, cada tumba suele contener varios individuos, cuyos huesos se concentraban en las llamadas reducciones que dejaban espacio suficiente para el siguiente finado.

Esto aumenta el gran número de enterramientos que, de alguna manera, otorgaría importancia al lugar, y aunque, por el momento se desconoce qué interés movía a tan elevado número de personas a reposar en este enclave, las investigaciones han descubierto la existencia de una serie de estructuras antrópicas, así como de restos carpetanos (la cultura indígena previa a la romanización de esta región).

Una de las tumbas infantiles descubierta en esta última campaña

 Una de las tumbas infantiles descubierta en esta última campaña.

Investigaciones subacuáticas

Pensar en arqueología subacuática es recordar pecios hundidos en el mar, pero también los ríos albergan restos históricos por descubrir. En el caso de Caraca, el río Tajo se ha convertido en coprotagonista de esta séptima campaña arqueológica.

La calzada que unía Complutum (Alcalá de Henares) y Cartagonova (Cartagena) cruzaba su cauce en algún lugar aún por determinar y no menos interesante resulta la batalla de Anibal también acontecida en las aguas del Tajo en una región ignota de la Carpetania.

A tal efecto, se han llevado a cabo prospecciones arqueológicas para analizar el paleocauce en relación al desarrollo de la ciudad y buscar estructuras artificiales en el lecho del río (como diques o puentes) así como otros materiales arqueológicos.

Por este motivo, se han sumado al equipo arqueológico grandes especialistas del Museo Nacional de Arqueología Subacuática-ARQVA como Álvaro Sánchez Climent, Adrián Baeza García; Rocío Castillo Belinchón con su director, Rafael Sabio González, a la cabeza. Desde la Universidad de Cádiz se han incorporado los esfuerzos y el conocimiento de Felipe Cerezo Andreo y Soledad Estrella Solana Rubio.

Las prospecciones subacuáticas en el río Tajo, en las que también a participado la Guardia Civil, pueden ofrecer reveladores hallazgos

Las prospecciones subacuáticas en el río Tajo, en las que también a participado la Guardia Civil, pueden ofrecer reveladores hallazgos. (Fotografía de Rafael Sabio)

A todo este elenco de profesionales se le añade el resto de especialistas como Saúl Martín González (arqueólogo), Santiago Domínguez Solera (Heroica arqueología), Irene Ortiz Nieto-Márquez (CAI de Arqueometría y Análisis Arqueológico de la UCM), Antonio Alvar Ezquerra (Universidad de Alcalá), Ana Gracia Rivas (Museo Nacional de Antropología), José María Murciano Calles (Museo Nacional de Arte Romano), María Luisa Cerdeño Serrano, David Álvarez Jiménez, Gonzalo García Vegas (ARQUESIA arqueología y tecnología), Celia Cantero Escribano (Museo Nacional de Arqueología Subacuática-ARQVA).
También resulta imprescindible la labor de María Ángeles Perucha Atienza (IGME-CSIC), Miguel  Ángel Rodríguez Pascua (IGME-CSIC), Alicia Castillo Mena (UCM), José Francisco Mediato Arribas (IGME-CSIC), Andrés Díez Herrero (IGME-CSIC), Helena Gimeno Pascual (Centro CIL II-Alcalá de Henares), Daniel Méndez García (Revives.es), Ana Fernández Jiménez (Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja -IETcc-CSIC), Magdalena Barril Vicente, Paula Carmona Quiroga (Instituto de Química Física Rocasolano -IQFR-CSIC), Macarena Bustamante Álvarez (Universidad de Granada), Sergio Remedios Sánchez (UNED-Senior), Carlos Franco García (Museo Nacional de Arte Romano) así como un aguerrido grupo de jóvenes peones que durante dos semanas han dado lo mejor de sí mismos gracias al convenio firmado entre la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Driebes, con el apoyo del Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.