Hace justo 220 años moría en Córdoba una madrileña a la que les aseguro que merece la pena conocer. Vayamos a ello. Su entierro en la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas, se hizo de madrugada, en secreto y tal como decía su testamento con lo “menos costoso que haya”. ¿Qué necesidad tenía doña María Isidra de Guzmán de enterrarse de aquel modo? La hija de una de las familias más pudientes de España (entre su padre y su madre juntaban seis grandezas de España), famosa desde su adolescencia y siendo considerada una mujer extraordinaria, tuvo un sepelio tan misterioso como incomprensible a nuestros ojos del siglo XXI. ¿Por qué?

Retrato de María Isidra de Guzmán

Retrato de María Isidra de Guzmán.

La historia nos hace remontarnos 19 años atrás cuando María Isidra tan solo tenía 16 años, su padre, el marqués de Montehermoso era uno de los tantos mayordomos de palacio que servían a Carlos III, pero quizá con una mentalidad distinta a muchos otros nobles. Creyó en las capacidades intelectuales de su hija, quien siendo educada desde niña demostró estar muy por encima de la media.

En 1726 el padre Feijoo escribió  Defensa de las mujeres

En 1726 el padre Feijoo escribió 'Defensa de las mujeres', un discurso que influyó más de lo que parece tanto en hombres como, quizá en el padre de nuestra protagonista. 

María Isidra de Guzmán, Académica Honoraria

Su dominio de los idiomas era tan impresionante que empezó a llamar la atención de los hombres de palacio, entre ellos el rey pero también el marqués de Santa Cruz que a la sazón era el director de la Real Academia de la Lengua.
Por este motivo no fue difícil convencerle para que María Isidra formase parte de la Real Academia de la Lengua, algo sumamente extraño ya no solo por ser mujer, también por ser una niña, pero su talento era tan aplastante que por lo menos había que admitirla como Académica Honoraria, como así se resolvió:

“La Academia, informada de los extraordinarios progresos y adelantamientos de esta Señora en la eloqüencia y en las lenguas y particularmente en la castellana, sin embargo de no haber habido hasta ahora exemplar semejante, en atención a las expresadas circunstancias y al mérito personal que de ellas resulta a dicha Señora, acordó admitirla y efectivamente la admitió con uniformidad de votos por Académica Honoraria”

Retrato de María Isidra con su discurso de ingreso a la Real Academia de la Lengua

Retrato de María Isidra con su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua. 

Era el año 1784 y comenzarían cuatro años de éxitos arrolladores donde María Isidra asombró a intelectuales como Jovellanos y rompió todas las normas habidas y por haber de instituciones donde ni se imaginaba que las mujeres pudiesen llegar.

El siguiente paso fue la universidad. Con la intervención del ministro Floridablanca, el padre de María Isidra consiguió que se pasasen por alto las normas que impedían taxativamente la entrada de las mujeres a esta institución. Y finalmente los días 4 y 5 de junio de 1785 esta portentosa muchacha pudo brillar con luz propia ante un tribunal.

Los ocho catedráticos de la Universidad de Alcalá de Henares, vieron como llegaba con la parafernalia propia de su clase, criados a caballo acompañaron a la joven tocando clarines y timbales a su entrada al examen, pero la prueba no se quedaba atrás… 21 materias le esperaban en la iglesia de los jesuitas de Alcalá de Henares, que para la ocasión, hacía las veces de paraninfo, entre ellas griego, latín, retórica, mitología, geometría, geografía, filosofía, ontosofía, teosofía, psicología…

Como era de esperar, triunfó arrolladoramente consiguiendo ser la primera mujer en la historia de España en lograr el título de doctora universitaria. Y no sería el único reconocimiento que logró su inteligencia, al poco tiempo la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País, (la más antigua de todas las Reales Sociedades de Amigos del País) pidió su ingreso en esta organización en la que entonces tampoco había ninguna mujer.

La intelectualidad María Isidra terminó desapareciendo de la escena pública

¿Por qué, pese a haber llegado a los puestos más altos de la intelectualidad, María Isidra terminó desapareciendo de la escena pública? 

De este episodio tomó nota la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, que al año siguiente, en 1786, pidió el ingreso de María Isidra entre sus filas “por su amor a las letras”.

Sorprendentemente un ascenso meteórico de esta joven rompiendo moldes en todas las instituciones del país se terminó en 1789. Año en el que contrajo matrimonio y en el que muchos historiadores han querido ver una reclusión familiar donde el machismo volvía hacer de las suyas, pero quizá no sea todo tan sencillo.

Efectivamente 1789 es el año en el que María Isidra se casa, pero también el año en el que la ilustración y la revolución francesa toman unos tintes que provocan el recelo en España hacia los intelectuales. Lo que hace preguntarse ¿Fue María Isidra recluida al ámbito familiar contra su voluntad? O ¿Se retiró de la escena pública sabiendo las consecuencias que tendría para ella (siendo mujer) un odio hacia los intelectuales?

Preguntas de difícil respuesta que traslucen cómo la historia de las mujeres inteligentes es más compleja de lo que aparenta y quizá por ello más interesante si cabe.