Algunos personajes de la historia llevaron vidas tan trepidantes que a su muerte dejaron listos guiones para películas y series de todo tipo. Este es el caso de Gillén de Lampart o William Lamport que fue: pirata, nigromante, supuesto hijo bastardo de Felipe III y por si fuera poco libertador de México.

Para conocer su historia tendríamos que remontarnos al 25 de febrero hace unos 410 años y viajar a la localidad de Wexford (Irlanda), donde varias fuentes dicen que nació. Aunque con los datos de Lampart siempre hay que ser muy precavido pues durante un tiempo fue espía y la mayoría de su biografía la conocemos gracias a su propia declaración, con lo cual, podía estar mintiendo como un bellaco en muchos puntos de su vida.

Wexford

Wexford esta es la localidad donde nació Guillén de Lampart

Sea como fuere, de lo que no hay duda es que nació en el seno de una familia católica irlandesa y por lo tanto enemiga de la ocupación inglesa de Irlanda. Ese patriotismo fue heredado de su familia  y  aparecerá con fuerza en los años de estudiante de Lampart.

Tras haber sido instruido por los agustinos continuó su formación con los jesuitas de Dublín y así hasta llegar a Londres, donde se descubrió que había escrito unos folletos difamatorios contra la ocupación inglesa de Irlanda.

Enjuiciado y condenado a muerte, el joven William no estaba dispuesto a colaborar en su propia sentencia, es por ello que decidió enrolarse en un barco con patente de corso y huir de Inglaterra por  el muelle de Portsmouth.

Desde allí llegó a España donde se castellanizó el nombre pasando de William Lamport a Guillén de Lampart. sus lugares de residencia serán parejos a sus éxitos sociales. Al principio residió  en la Coruña y Compostela, lejos de la Corte, pero según fue escalando puestos mediante su carrera como estudiante se fue acercando a los poderosos, primero estudiará en Salamanca, en El Escorial y finalmente en San Isidro, el centro educativo más prestigioso del Madrid de aquel entonces.

Documentos de Lampart

Documentos de Lampart escritos de su puño y letra

Su pericia en los estudios llamó la atención del rey Felipe IV y su primer ministro, el Conde Duque de Olivares quienes vieron en ese estudiante talentoso un espía en potencia. Así fue como Lampart comenzó a pulular por todos los escenarios claves del momento, incluida la batalla de Nördlingen o el cambio de virrey en México.

No menos cierto es que Lampart sabía cómo jugar sus cartas y supo saciar la ambición de Olivares proponiendo al gobierno un plan maravilloso para llevar a cabo: quitarles a los ingleses el dominio sobre Irlanda y hacer de esta isla una provincia española.

Batalla de Nördlingen

Lampart afirmaba haber participado en la batalla de Nördlingen

Como en muchos otros casos de fanfarrones de la historia, hay que ser muy cauto con las palabras de Lampart, pues cuando en 1640 afirma ir a México en calidad de espía del rey olvida mencionar su relación con Ana de Cano y Leiva a la que parece dejó embarazada  y con la que nunca quiso casarse.

En Nueva España (actual México) sus fantasías irán in crescendo. Anheló derrotar al virrey Diego López Pacheco, quizá para quedarse con la plaza. Y es probable que en su afán de ganar adeptos a su causa recurriese a todo tipo de artimañas, como por ejemplo, prometer la liberación de indígenas y esclavos, hasta incluso decir que era hijo bastardo de Felipe III y un sinfín de ensoñaciones que le terminaron por salir bastante caras.

Una faceta que Lampart pudo haber creado para adornar su figura pública es ni más ni menos que su vertiente mágica. La creencia de ser un reputado nigromante que aprendió la más ignota sabiduría gracias ha haber estudiado con los jesuitas del Colegio de San Isidro.

Pero no menos probable es que dicha fama de nigromante la hubiese creado la Inquisición para así agilizar los trámites de condena si Guillén de Lampart cruzaba alguna línea roja. No en vano era un viejo recurso inquisitorial aplicado a políticos como Antonio Pérez o Rodrigo Calderón a quienes a falta de más delitos se les acusó de todo tipo de maldades demoniacas.

Retrato Rubens

¿Será Guillén de Lampart el joven anónimo al que retrató Rubens?

Finalmente Lampart confesó sus planes al capitán Felipe Méndez, el cual no tardó en denunciarlo provocando el presidio para Lampart y posteriormente su muerte en la  hoguera.

Desde entonces se convirtió en un símbolo de la liberación mexicana e incluso su figura está esculpida en el mausoleo del Monumento a la Independencia. Sirvan pues estas líneas tan solo para dar a conocer su historia porque tratarla requeriría varias decenas de artículos como este.