Los unicum son piezas tan singulares que ningún otro museo las tiene. Rarezas inclasificables que despiertan la curiosidad y el dolor de cabeza a partes iguales. Objetos que retan al visitante a encontrarles una explicación. Vayamos a un

1. El melocotón ¿petrificado?

Custodiado en el Museo Arqueológico de Cataluña, fue encontrado en 1972 en una cripta del monasterio del Sant Cugat del Vallés. Para unos investigadores es una sencilla escultura hecha en mármol de Carrara mientras otros piensan en una fruta fosilizada por un proceso alquímico. El ser una pieza que apareció fuera de un contexto que lo aclare las  conjeturas se siguen acumulando ¿Qué hacía un melocotón entre los muertos? ¿Será una escultura? ¿será una fruta fosilizada?

Melocotón de Sant Cugat del Vallésh fuentttp ::mgiribetshistoria.blogspot.com:

Melocotón de Sant Cugat del Vallés. Fuente: htttp://mgiribetshistoria.blogspot.com/

2. El dado del Lázaro Galdiano
A veces el objeto es indudablemente auténtico, e incluso bien datado pero… ¿Para qué demonios servía? Eso es lo que parece ocurrir con el dado de marfil que se conserva en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid.

Es un triacontadiedro, es decir, que tiene 32 caras. Por la corona que decora el número 1 se ha sospechado que pueda datarse en tiempos de Carlos I, ¿Pero quién lo hizo? ¿Cuándo? ¿Para qué? Todas estas preguntas siguen sin respuesta.  

Dado de la casa museo de Lázaro Galdiano

Dado de la casa museo de Lázaro Galdiano

3. Reja del diablo

Otros objetos no son tan antiguos pero, aun así, son capaces de hacer enloquecer a cualquiera. Esta pieza forma parte de los museos etnográficos como El museo de artes y tradiciones populares (Madrid) donde podemos observar una de estas rejas endiabladamente forjada, cuyos barrotes se entrelazan de manera incomprensible hasta llegar a pensar que es obra del diablo. Pero en realidad su autor fue Juan Andrés Rebolledo Ocampo uno de los pocos herreros que preservan el secreto profesional de cómo se hacen las rejas del diablo.

Una de las  rejas del diablo más conocidas se encuentra en Sevilla

Una de las  rejas del diablo más conocidas se encuentra en Sevilla (fotografía del autor)

4. La cabeza colosal

De entre todas las maravillas pictóricas que guarda el Museo del Prado nos vamos a centrar en el que quizá sea el cuadro más raro, el más incomprensible, el más original. Se trata de un enorme retrato de casi 3 metros de alto que lleva por título “Cabeza Colosal”.

No hay nada seguro de este lienzo, ni quién fue su autor (se le atribuye a Vicente Carducho), ni a quién representa, ni por qué se hizo. Y aunque sabemos que este lienzo estuvo en el Palacio del Buen Retiro, el formato que utiliza de todo un rostro en unas dimensiones tan enormes no se usó hasta bien entrado el siglo XX.

A todo esto, se le añade un detalle curioso. Si el cuadro es de Vicente Carducho llamaría mucho la atención que el representado encaje tan a la perfección con la manera en cómo han de representarse a un homicida según el tratado de pintura que escribió Carducho.

Cabeza colosal está rodeada de muchas preguntas sin respuesta

Cabeza colosal está rodeada de muchas preguntas sin respuesta

5. Los botines de un gigante

Aunque parezca propio de los cuentos de Gulliver, hay un museo en España que tiene tales piezas. Está en Badajoz y en concreto en la Puebla de Alcocer pues allí nació uno de los personajes más curiosos de la historia de España y un vecino ilustre como pocos: Agustín Luengo, el famoso “Gigante Extremeño” (cuyo cuerpo está en el Museo Nacional de Antropología).

El museo monográfico que ahora se ha creado alrededor de la figura de Agustín Luengo hace que sus reliquias se conviertan en piezas de museo, como es el caso de un par de botines que le regaló Alfonso XII.

Una de las pocas fotografías realizada Agustín Luengo, 'El gigante estremeño'

Una de las pocas fotografías realizada Agustín Luengo, 'El gigante estremeño'