Este viernes 1 de noviembre la economía de Venezuela cumple 24 meses de una hiperinflación que está devastando el país. Coincidiendo con la víspera del famoso Día de los Muertos, que se celebra en algunos países de Centroamérica y Sudamérica, Nicolás Maduro ha anunciado que la Navidad ya ha dado comienzo. Así lo ha ordenado desde su gobierno, con el fin de que las fiestas empiecen a prepararse y celebrarse desde noviembre y no desde diciembre, como suele ser la tradición.

Tal y como ha adelantado El País, para demostrar la firmeza de su decisión, pocas horas después de la noche de Halloween, Maduro encendió una cruz en el cerro Ávila de Caracas, que durante más de 50 años se ha prendido el día 1 de diciembre. También iluminó con las luces de la bandera nacional (amarillas, azules y rojas) el lujoso y exclusivo Hotel Humboldt, que está ubicado en el pico de una montaña de la capital y en el que solo puede hospedarse el Ejecutivo. 

Tras mantener en plena oscuridad al país en repetidas ocasiones durante este año 2019, el líder chavista ha considerado oportuno encender luces para celebrar la Navidad y celebrarlo por todo lo alto con los demás dirigentes del Gobierno y su esposa Cilia Flores. El país no ha mejorado en absoluto desde el primero de estos apagones, puesto que se encuentra sumido en un complejo conflicto institucional que proviene de los visos de ilegitimidad del régimen de Nicolás Maduro. Además de la decadencia, la pobreza y la falta de derechos humanos a la que se enfrentan los venezolanos cada día.

Para paliar este sentimiento en su población, el presidente fraudulentamente electo, ha ingresado ya a sus funcionarios la bonificación navideña, lo que equivale a un mes de sueldo, y algunos bonos atrasados. Sin embargo, estas cuantías no solucionarán nada si, como se prevé, habrá un 35% de contracción económica de aquí a que termine 2019. Lo que supone la mayor del país en los últimos cinco años y que supondrá un gasto fiscal desproporcionado y sin respaldo que aumentará, sin duda alguna, el problema de la inflación.

Navidad a oscuras

Lo que pueden esperar los venezolanos estas fiestas no será otra cosa que lo que llevan viviendo desde hace ya meses: una economía destrozada, servicios públicos cada vez más deteriorados, falta de gasolina y falta de gas doméstico para cocinar. También una gran parte de la población pasarán la Navidad a oscuras, sin electricidad, y con toda probabilidad sin agua y sin compañía, ya que las migraciones en el país de más de cuatro millones de personas ha separado a cientos de familias.

Por su parte, la esposa del líder chavista se dedica a entonar palabras alegres, a bailar, a comer y a alojarse en los mejores hoteles de Caracas. "Nadie nos va a quitar la alegría ni la paz. Nadie nos va a quitar la determinación de mantener la paz. Serán dos meses de alegría para los niños" ha declarado, añadiendo: "En el 2020 vamos a florecer, y no porque yo me llame Cilia Flores, sino porque tenemos un pueblo y un presidente firme para dar felicidad a todos los hogares".

Más protestas

El adelanto navideño ocurre días después de una serie de protestas y paralizaciones de gremios como son el de los profesores universitarios, maestros o enfermeras, que siguen reclamando al Gobierno de Maduro unas mejores condiciones de salario y de vida. Hasta el punto de que han sido varios los sectores que han amenazado al presidente con una huelga general y una paralización como consecuencia del colapso en el que se encuentra el país.

El 16 de noviembre el actual líder de la oposición, Juan Guaidó, ha convocado una gran movilización a nivel nacional para seguir presionando al Ejecutivo chavista en las calles y con suerte poder iniciar de una vez por todas una transición que ponga fin a la crisis social, económica y política que vive Venezuela.