ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, cifra en 3,7 millones las personas que han huido de Venezuela desde 2014 a consecuencia del deterioro de la situación política y reclama que se les dé la consideración de refugiados.  Desde esa fecha, ha habido un aumento del 4.000 por ciento en el número de solicitudes por parte de venezolanas y venezolanos de la condición de refugiados. Esta ONG denuncia la necesidad de protección internacional para estas personas y recuerda que 460.000 venezolanos ya han solicitado asilo en el extranjero, la mayoría en países limítrofes de América Latina.

Más de 25 millones de refugiados en total

En todo el mundo hay un total de 25,4 millones de personas que se han visto obligadas a dejar sus casas y vivir en un campo de refugiados, que constituyen la última opción para aquellos que huyen de su país a consecuencia de conflictos internos o la guerra. “En un mundo en el cual cada dos segundos una persona se ve obligada a desplazarse como resultado de los conflictos y la persecución, nuestro trabajo en ACNUR es ahora más importante que nunca”, recuerdan en su página web.

Hoy, más que nunca, resulta de vital importancia la colaboración con esta ONG para financiar su actividad. A la hora de valorar cuál es la mejor ONG para donar nuestra ayuda, ACNUR actúa con transparencia y garantiza que los fondos llegan a su destino.

En el caso concreto de Venezuela, necesita con urgencia incrementar la asistencia humanitaria en las fronteras y poder garantizar que los diferentes países sigan recibiendo a todos aquellos que huyen del país con lo puesto y poniendo en riesgo sus vidas.

Personas venezolanas cruzan el río Táchira para buscar comida y seguridad en Cúcuta, Colombia

Personas venezolanas cruzan el río Táchira para buscar comida y seguridad en Cúcuta, Colombia.  © ACNUR / Vincent Tremeau

Cada día salen de Venezuela entre 3.000 y 5.000 personas

Según Liz Throssel, portavoz de ACNUR, el éxodo diario es de entre 3.000 y 5.000 personas, y reclama a la comunidad internacional que faciliten su entrada a otros países y les den asilo. Dadas las dificultades para considerar la condición de refugiados de forma individual, recomienda un reconocimiento grupal.

Entre esos miles de refugiados que han huido de Venezuela se encuentran, José y Yurmi junto a su hijo de apenas siete meses. Él, que trabajaba como médico voluntario en comunidades locales, fue amenazado de muerte por uno de sus pacientes. La familia vive en un albergue en Bogotá (Colombia), apoyado por ACNUR, y está a la espera de regularizar su situación.

Otro caso es el de Juan Carlos, un venezolano de 28 años que trabajaba para una empresa pública. Su calvario empezó después de denunciar en una entrevista las deficiencias de la empresa y empezaron a intimidarle. “Me trataban como si no valiera nada y me amenazaban con matarme, me obligaron a renunciar”, asegura. Tras recibir una paliza huyó a Ecuador, país que le ha proporcionado asilo.

 “Los gobiernos de la región han sido generosos en su respuesta a la crisis de Venezuela, otorgándole la condición de refugiado a los venezolanos o permitiéndoles trabajar, estudiar y acceder a servicios básicos en su momento de necesidad”, subraya Renata Dubini, directora de ACNUR en América. La mayoría de los venezolanos han sido acogidos en países limítrofes de América del Sur.

Por su parte, Euligio Baes, un indígena Warao en Venezuela, de 33 años, y padre de 5 hijos, se vio obligado a abandonar las tierras donde vivía con su familia, y escapó a Brasil. En su caso fue la desesperación ante la imposibilidad de garantizar la salud de su familia. “Cuando mi hija de nueve meses murió debido a la falta de medicamentos y tratamientos, decidí sacar a mi familia de Venezuela antes de que otro de mis hijos muriera”, añadía Euligio.

Sin medicamentos ni alimentos

Las enfermedades en Venezuela aumentan y los niños se ven particularmente afectados por la escasez de medicamentos y alimentos. Los informes del Ministerio de Salud de Venezuela certifican que que hay un aumento dramático de la mortalidad infantil en el país.

ACNUR está trabajando estrechamente con los gobiernos de los países de acogida para dar un enfoque coordinado y global a todos estos refugiados. La ONG ha fortalecido su presencia en las fronteras más importantes para evitar la trata y la explotación de personas.