Generales, municipales, autonómicas y europeas. Cuatro elecciones son las que han tenido que afrontar la mayoría de españoles este 2019, provocando que gran parte de la ciudadanía no dude en culpar del bloqueo institucional a los dirigentes con cierto hartazgo por el juego de poder que se está viviendo en las últimas fechas a la hora de negociar.

Pedro Sánchez se alzó victorioso en España, dándose un gran baño de masas en Ferraz y consolidándose como un verdadero líder dentro del feudo socialista. 123 escaños que fueron un auténtico bálsamo, más si cabe teniendo en cuenta la fractura de la derecha y la debacle del Partido Popular. Al grito de “con Rivera, no” y “sí se puede” cuando salían en pantalla los dirigentes de Unidas Podemos, los simpatizantes de los del puño y la rosa marcaron el camino a su secretario general. Sin embargo, las conversaciones están enquistadas y ninguno de los dos está dispuesto a moverse ni un ápice de su posición particular.

Mientras el inquilino de La Moncloa se dirime entre aceptar a altos cargos de sus “socios preferentes” como forma de desbloquear la situación, la derecha vive su propia cruzada en Madrid y Murcia. Ciudadanos y Vox evidencian su desencanto recíproco negándose a asumir la fórmula contraria: mientras Albert Rivera pide a los ultras que miren a Andalucía y acepten lo prescrito, Santiago Abascal pide respeto y deja en manos de Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros la difícil tarea de ganarse el crédito en la mesa de negociación.

Por el momento, la única evidencia es que la repetición electoral ya planea como una opción factible en el horizonte. En Murcia, la primera sesión de Investidura se celebró el pasado 2 de julio, en Madrid el 10 del mismo mes y, por último, el Congreso de los Diputados someterá a Sánchez al plebiscito de la Cámara el próximo día 22.

En caso de que en ninguno de estos órganos se consiga llegar a un acuerdo en el plazo de dos meses desde estas fechas, se procederá a disolver las Cortes y programar elecciones una vez más. El calendario político marcaría en rojo noviembre, a la espera de decidir qué día exacto se celebrarían estos comicios.

Por ahora, las encuestas predicen que PSOE y PP crecerían, pero los bloques seguirían en la misma encrucijada. Un retraso de las responsabilidades que la ciudadanía podría castigar con una mayor abstención. Empieza la contrarreloj.