Hay un nombre propio que está siendo clave en el proceso de negociaciones de cara a la configuración de un Gobierno para la Comunidad de Madrid pero que es desconocido para el común de los mortales. Se trata de Raquel Marañón, secretaria general de la Asamblea de Madrid. Isabel Díaz Ayuso ya ha firmado un acuerdo con Ignacio Aguado que ha recibido las críticas de Rocío Monasterio. Los dimes y diretes de las tres derechas están dilatando los plazos y, ante la oportunidad que se presenta, Ángel Gabilondo se ha postulado como candidato. El Grupo Parlamentario Socialista registró el pasado 4 de julio un escrito instando al presidente de la Asamblea, Juan Trinidad, a designar a Gabilondo como candidato para la investidura del próximo día 10 de julio -que convocó sin candidato-. Lo relevante es que quien debe emitir un informe sobre la petición del PSOE es, precisamente, Marañón, que tiene vínculos con la trama Gürtel.

Raquel Marañón fue letrada de las Cortes Generales y es actualmente secretaria general de la Asamblea de Madrid. En otras palabras, es la responsable de asistir, asesoras y prestar apoyo técnico a la Mesa y al resto de órganos; y ostenta la dirección orgánica y funcional del Cuerpo de Letrados, entre otras muchas atribuciones.

Se prevé que a lo largo de la jornada de hoy, Marañón emita un informe sobre la solicitud de Gabilondo.

Marañón ya firmó un polémico documento justificando la exclusión de Más Madrid en la Mesa de la Asamblea a pesar de tener más representación que Vox, que sí que se coló gracias a los votos del Partido Popular y, de facto, Ciudadanos.

A través de un informe fechado a 28 de junio, Marañón argumentó que las votaciones para elegir los integrantes de la Mesa son precias a “la propia constitución de los grupos parlamentarios” y, por tanto, “difícilmente puede exigirse una proporcionalidad sobre algo que aún no existe jurídicamente hablando”.

Vínculos familiares gürtelianos

Esta es su carta de presentación actualizada a nivel profesional. Ahora, viene la personal, arista que la vincula directamente con uno de los epicentros de la trama Gürtel: Boadilla del Monte.

Marañón se casó en el año 2008 con Pablo Cereijo Ponce de León, exconcejal de Gestión Urbanística y Asuntos Jurisdiccionales de Boadilla del Monte (Madrid) desde mayo del 2007 hasta mayo del 2011. Es decir, era el responsable de urbanismo en el momento en que estalla la trama Gürtel relativa al citado municipio, que constituye una pieza separada del caso cuyo juicio aún está pendiente.

Antes de desempeñar estas funciones fue director Técnico de Urbanismo y Vivienda (2003-2007). Coincidió durante la práctica totalidad de su carrera con Arturo González Panero, más conocido como El Albondiguilla, imputado en el caso Gürtel por hasta nueve delitos: asociación ilícita, prevaricación, fraude a las administraciones públicas, tráfico de influencias, malversación, falsedad documental, cohecho, delito contra la Hacienda pública y blanqueo de capitales.

Los vínculos son tales que la empresa gürteliana Pasadena Viajes pagó una habitación con desayuno incluido en el Hotel Civitas de la ciudad de Vigo para Cerijo y su acompañante.

El 2 de diciembre del año 2007 un grupo de funcionarios del Ayuntamiento de Boadilla del Monte envió una carta a la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la que denunciaban la “grave situación de presión y chantaje al que nos vemos sometidos, desde hace años, por nuestro alcalde D. Arturo González Panero, respecto a los procedimientos administrativos que conciernen a la contratación de empresas prestadoras de servicios; y de las cuales, obtiene cuantiosos beneficios económicos de carácter personal”.

Tiempo después, ante la inacción de Aguirre, estos mismos funcionarios le remitieron una nueva misiva denunciando los chantajes y las extorsiones que sufrían. En ese mismo documento, al que ha tenido acceso ElPlural.com, figuran cuatro nombres que corresponden con “las únicas personas que no han estado implicadas en ningún negocio turbio a lo largo de estos años”. Una terna en la que no se encuentra Cereijo, por lo que cabe deducir que sí está salpicado de una u otra manera, según estos funcionarios.

Además, Cereijo fue la mano derecha de Francisco Díaz Latorre, exconcejal de Urbanismo de Boadilla al que sucedió en el cargo.

Díaz Latorre fue condenado con más de 4.000 euros de multa por un delito contra la seguridad del tráfico por conducir borracho. Una pareja de la Guardia Civil le encontró al volante con “claros síntomas de embriaguez, ojos vidriosos, halitosis alcohólica, daba tumbos y apenas podía hablar”. Incluso, “intentó irse del lugar de los hechos”, según declaró uno de los agentes en los juzgados de Móstoles.

Los hechos tuvieron lugar en 2005. El entonces concejal tuvo una comida de trabajo que se alargó hasta pasadas las ocho de la tarde. Tras la sobremesa, Díaz Latorre se subió a su vehículo y, según una testigo, éste “iba haciendo zigzag, casi se da con la mediana y se subió al bordillo de una rotonda”.

En la actualidad, Cereijo es director de un bufete de abogados.