Los registros de la Operación Enredadera supusieron una cadena de sorpresas para los agentes de la Policía Nacional que fueron enviados por los Juzgados de Instrucción a los despachos y domicilios de los principales investigados. En la casa que el empresario, José Luis Ulibarri, tiene en Valladolid hallaron un revólver y un rifle en el sótano. Pero el gran hallazgo fue una pistola en casa de su mano derecha en la trama, Ángel Luis García Martín, alias El Patatero, para la que no tenía licencia, según pudo comprobar la Guardia Civil de León.

Los registros, que aparecen en el sumario de la Operación Enredadera al que ha tenido acceso ElPlural.com, tuvieron lugar los días 3 y 4 de julio, nada más estallar el caso y ser detenidos los presuntos cabecillas: los empresarios José Luis Ulibarri y Ángel García El Patatero. Ambos continúan en prisión y se les acusa de liderar una “presunta trama corrupta” para conseguir “la adjudicación irregular de contratos públicos”.

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Uno de los principales registros se realizó el día 3, el mismo día que empezó la Operación Enredadera, en la lujosa mansión con jardín y pista de pádel que tiene Ulibarri en Simancas (Valladolid), en una selecta urbanización a orillas del río Pisuerga. Como testigo del registro estaba Soledad Ulibarri, hija del magnate castellanoleonés, que acompañó a los agentes al sótano de una de las dos edificaciones que hay en la finca.

Mansión de Ulibarri en Valladolid.
La mansión de Ulibarri en Valladolid

Allí, la policía encuentra una caja fuerte que se abre con contraseña, y dentro aparecen dos cajas de cartón que contienen sobres con dinero en metálico, “en billetes de 50”. En la primera caja llegan a contar 35.000 euros; en la segunda, un poco menos dado que hay un sobre abierto: 28.000 euros.

Pero lo mejor estaba por llegar: la caja fuerte también contiene estuches de armas. Los agentes siguen buscando y encuentran en un armario “un rifle Ruger M77 Hawkeye”. Además, “en el interior de una caja de cartón se encuentra un revólver, el cual se encuentra inutilizado”.

Ulibarri es un conocido aficionado a la caza. De hecho, como cuenta Leonoticias, esa afición provocó que se acelerara su detención. El empresario solía ir a Soria a practicar la caza, pero lo hacía en transporte público, por lo que la Policía no conseguía poner un localizador a su coche. Eso, sumado al trasiego que llevaba entre sus múltiples casas y despachos, provocó que se acelerara su detención por riesgo de fuga.

Rifle Ruger Hawkeye

Sin embargo, ante el hallazgo de las armas, la hija de Ulibarri, Soledad, declara a los agentes que el rifle es de su propiedad. Por eso, “las armas no se intervienen”, escribe el letrado de Justicia en el acta de registro. Sin embargo, los agentes insisten justo después en que se incluya en el acta que han encontrado en la casa una factura de electricidad a nombre de José Luis Ulibarri.

La pistola del Patatero

En el caso de Ángel Luis, El Patatero, el asunto parece más turbio. El hallazgo se produjo el día 4 de julio, en un domicilio en el centro de León que tenía registrado como oficina de Arco Capital Fund. Dentro de una caja en la que “pone Loewe”, los agentes encuentran un “arma corta sin munición con inscripción 1916 Model Automatic Pistol GIRALDA”. La Policía también pide que conste en acta “que no se aprecia visiblemente el número de serie de la misma”.

Como defensa, durante el registro, El Patatero alega que “dicha arma es de su suegro fallecido hace aproximadamente 30 años”, a lo que el funcionario señala que en realidad son 25 años. “Y que la tiene su mujer como recuerdo de su padre en un armario del dormitorio”, recoge el acta, que aclara en todo momento que son “manifestaciones de Don Ángel”.

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Ante “este hallazgo imprevisto y que no se contempla en el mandamiento judicial que ordena la entrada y registro”, la Policía “paraliza” todo el registro y eleva un oficio al Juzgado de Instrucción Número 1 de León para que les diga cómo proceder. Y el tribunal responde de manera inmediata en un auto en el que acuerda “la retirada del arma hallada, pudiendo ser un objeto relacionado o adquirido como consecuencia de los delitos cuya instrucción nos ocupa”.

Tras enterarse del descubrimiento de esta arma, la fiscal anticorrupción del caso pide que “se hagan las oportunas averiguaciones de si el señor García Martín está en posesión de la oportuna licencia de armas”. La Policía Nacional se pone manos a la obra y tras consultarlo con la Guardia Civil de León, envían su conclusión al juez: “Ángel Luis García Martín no figura en sus bases de datos, careciendo por tanto de licencia de armas”.