Los socios parlamentarios habituales del Gobierno de coalición asisten con estupor al pulso entre el ala socialista y los morados, entre el Ministerio de Justicia e Igualdad, entre el PSOE y Unidas Podemos, sobre la ley del solo sí es sí. El Grupo Socialista se plantó y, tras no lograr un acuerdo durante el fin de semana, se ha aventurado a registrar una Proposición de ley en solitario para contener el rosario de rebajas de penas a agresores sexuales que tanta alarma social ha generado. El bloque de la moción de censura en su conjunto ha afeado a los partidos que habitan Moncloa, a ambos, que un articulado tan útil y necesario acabe mutando en una suerte de arma arrojadiza. Consideran que deben rebajar el tono, encapsular la crisis y sentarse a negociar una reforma pactada que solucione el problema sin fracturar a la izquierda, evitando que “el ruido” empañe todos los avances logrados tanto con la ley del solo sí es sí como en la legislatura.

Unidas Podemos ha descargado la responsabilidad sobre los hombros del PSOE, aseverando que es el que tiene que explicar si pretende apoyarse “en la mayoría progresista” o “en el Partido Popular y Vox”, ha expuesto el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens. Pero su premisa tiene muchos matices. Ni Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ni Más País, ni Compromís se han pronunciado de una manera tan clarividente en contra de la proposición socialista, de manera que la dicotomía proyectada por los morados no atiende a la realidad. Pareciera como si todos los aliados del Gobierno se miraran entre ellos de reojo, esperando a ver quién es el primero en dar un paso en una dirección. Inmóviles, han desfilado por la sala de prensa del Congreso todos los portavoces cubriéndose con el manto del “lo estamos analizando”. Coinciden en varios puntos, como la exigencia de una proposición pactada por los partidos que integran el Ejecutivo, que en ningún caso la iniciativa debe dejar al margen al Ministerio de Igualdad y que el consentimiento continúe siendo la columna vertebral.

Las condiciones de los socios son que la proposición sea pactada, que cuente con Igualdad y que no se modifique el consentimiento

El diputado y portavoz parlamentario de Esquerra, Gabriel Rufián, ha destacado que la ley era absolutamente necesaria, “la más necesaria de la historia,  que se hizo con precipitación porque “se quería frenar las violencias” y que, por supuesto, es una ley perfectible. En consecuencia, ha asumido que las disputas para mejorarla entran dentro de la normalidad. Ahora bien, cree que “se podía haber evitado la tormenta” si la partida se hubiera disputado en privado y no agitado a nivel público como se ha hecho en los últimos días, con dardos entre Justicia e Igualdad. “No conviene fomentar el ruido”, ha reiterado, entre otras cosas, porque las negociaciones son sobre asuntos técnicos para proteger a las mujeres.

Rufián no ha manifestado una posición clara más allá de exigir prudencia en las declaraciones y privacidad en las negociaciones. Ha pedido a todas las fuerzas progresistas una mesa para negociar y ayudar a mejorar la ley mediante enmiendas a la proposición socialista; toda vez que se preserve la premisa de no recuperar el “infierno del calvario probatorio”. En este último punto ha matizado que “no sé si esa es la intención del PSOE”. El dirigente independentista comparte también con el ala socialista que la violencia ha de ser un agravante, al tiempo que ha admitido contactos: “Sí que ha habido una llamada del PSOE”.

El líder de Más País, Íñigo Errejón, se ha movido en la misma tónica. Ha admitido que aún no tiene una posición concreta puesto que sigue analizando la PL porque lo recibió el lunes y el asunto es delicado. Lo que sí tiene claro es que ninguna solución puede pasar por tocar el consentimiento. “Nos preocupa que se vuelva a que las mujeres tengan que explicar si hubo consentimiento o no, si hubo violencia o no, si hubo heridas o no”, ha sostenido. Hechas las presentaciones, ha propinado un notable tirón de orejas a la coalición. Ha calificado de “despropósito” que el PSOE se mueva en solitario porque el tema “no puede tratarse como un caballo de batalla”. “Es un asunto demasiado importante como para que el Gobierno traiga como Gobierno una propuesta que aun la necesidad de mantener el consentimiento con evitar rebajas de penas. Y que la traiga sin ruido para que salga con el mismo apoyo que la que aprobamos”.

Errejón ha mostrado su preocupación con que se haya comprado el marco de la derecha sobre una ley de carácter punitivo, concentrando el debate en las penas y no en la educación sexual o en un análisis sesudo de qué está pasando para que, culturalmente, se haya registrado un aumento de casos de violencia sexual. “No nos ha gustado ver el rosario de casos de reducciones de penas y eso hay que corregirlo”, ha añadido, pero “nos estamos dejando llevar por un ciego punitivismo”.

Joan Baldoví, de Compromís, ha asegurado estar “consternado” por cómo una ley tan útil y necesaria ha acabado con “una pugna de los socios de Gobierno con mensajes cruzados y con una derecha utilizando a todo trapo este tema para desacreditarla”. A su juicio, es “evidente” que hay que “hacer algo, pero no así ni de esta manera”. Al igual que Rufián y Errejón, se ha escudado en que están estudiando la PL y ponen como condición que no se modifique el consentimiento. Y también de la misma forma, ha urgido a rebajar el tono para no contribuir al “ruido” y que PSOE y Unidas Podemos, “por responsabilidad”, “presenten un texto acordado”.

EH Bildu ha trasladado a ElPlural.com que en estos momentos están analizando la propuesta con detenimiento porque están “dispuestos a retocar quirúrgicamente la ley”, “siempre y cuando el núcleo de la misma, el consentimiento, se mantuviera intacto y fuera de mutuo acuerdo con el Ministerio de Igualdad”. No obstante, a diferencia de ERC y el resto de socios, la izquierda abertzale ha advertido que “en este caso, parece que no ha sido así”, es decir, que sí han tocado el corazón de la ley. “Las modificaciones que se hagan deberán contar siempre con el visto bueno del ministerio competente en este asunto, es decir, el de Igualdad. Consideramos que dichos cambios no pueden suponer ningún tipo de modificación ni retroceso en la ley ni volver a un escenario anterior, manteniendo vivo el corazón de la norma: el consentimiento”, remachan.

Bel Pozueta, diputada de EH Bildu y su portavoz de Igualdad, ha denunciado que sí que interpreta que se ha dado un “paso atrás” porque “si para que el consentimiento sea efectivo y los jueces crean a las víctimas tienen que demostrar signos de violencia, volveremos al modelo anterior”.

Conversaciones rotas

Desde que el Grupo Socialista registrara su reforma el hilo comunicativo es inexistente. El portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha confirmado que la comunicación se cortó en el momento en que su socio registro la Proposición de ley el pasado lunes. De hecho, según fuentes, los socialistas ni siquiera telefonearon para avisarles. No hay contactos ni entre los grupos parlamentarios, ni a nivel monclovita. Justicia no habla con Igualdad el fin de semana.

No hay interlocución entre PSOE y Podemos sobre la ley del solo sí es sí, ni a nivel parlamentario ni en Moncloa

Para Echenique, no hay mucho que hablar si el PSOE no rectifica su propuesta, pues insiste en que es volver “al Código Penal de La Manada” y “no vamos a permitir que se deshagan los avances logrados”. El dirigente morado sí ha mantenido contactos con “el resto de socios”, pero no ha aclarado en qué sentido.

Mientras el presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, se abría a negociar enmiendas para moldear la reforma de manera pactada, Echenique se ha mostrado mucho más cortante. Ambos, eso sí, comparten que no aceptarán recuperar el modelo anterior. “Legislar en caliente, con prisas, no e buena idea”, ha apuntado Asens, que recuerda que la ley del solo sí es sí es fruto de dos años de intenso debate.

La iniciativa, finalmente, no ha sido calificada este martes por la Mesa, puesto que, sin ser ilegal, se acostumbra a dar un tiempo mínimo. Como se registró el lunes, se espera que sea calificado por la Mesa el próximo martes. El PSOE podría haber forzado que la Mesa lo calificara hoy mismo, pero no lo ha hecho. Según fuentes, no se trata de un gesto para con sus socios morados, sino a un procedimiento habitual. Así están las cosas. Sin gestos, sin interlocución y sin atisbo de acuerdo. Ardua tarea tienen los aliados parlamentarios por delante si pretenden que Moncloa elabore una proposición consensuada.