El Grupo Socialista ha registrado este lunes una Proposición de ley para corregir los efectos indeseados de la Ley de Libertad Sexual, más conocida como ley del solo sí es sí, uno de los buques insignia legislativos del Ministerio de Igualdad. La sangría de rebajas de condenas a agresores sexuales forzaron en el seno de la coalición un feroz debate que se ha saldado sin acuerdo. El PSOE lanzó un órdago a Podemos el pasado jueves y las conversaciones no han prosperado durante el fin de semana, por lo que han optado por impulsar la iniciativa en solitario. Para subsanar los efectos indeseados, apuestan por recuperar las horquillas de penas anteriores a la ley del solo sí es sí, pero sin tocar el consentimiento.

El portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, ha comparecido en rueda de prensa junto a la secretaria de Igualdad de la formación para explicar que, contrariamente a lo esgrimido por Podemos, el consentimiento sigue siendo la columna vertebral. “Queremos corregir los efectos no deseados porque es una buena ley y lo seguimos sosteniendo”, ha apuntado, matizando que el problema estaba siendo las rebajas de penas, que esperan atajar con los nuevos ajustes técnicos. “Les garantizo que no tocamos el artículo del consentimiento [178 del Código Penal]".

"Les garantizo que no tocamos el artículo del consentimiento"

López ha respondido a sus socios de Ejecutivo que “no cedemos” a la presión de la derecha, más bien todo lo contrario, “presentamos la iniciativa con el interés de proteger la ley y acabar con la alarma social y los efectos no deseados”. De hecho, ha sostenido que no ha negociado en ningún momento con el Partido Popular ni prevé hacerlo ahora: “No hemos negociado con nadie que no sean nuestros socios, mucho menos con la derecha” porque “no hablaremos con quienes no quieren esta ley”. Preguntado sobre con quién pretenden, entonces, aprobarlo, ha confiado en que bloque de la investidura facilite la artimética parlamentaria: “Se abre el periodo de enmiendas e intentamos que haya acuerdo”.

La secretearía de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, ha insistido en que el modelo no cambia, que el consentimiento no se altera y que la máxima que guía a su partido es la protección de las víctimas. “Esto no va de egos. No existe necesidad de ganar un relato o un debate. Las víctimas siempre han sido nuestra prioridad y ese es el enfoque de nuestro trabajo”.

"Esto no va de egos. No existe necesidad de ganar un relato o un debate. Las víctimas siempre han sido nuestra prioridad"

Con respecto a los plazos, esperan que la Mesa del Congreso califique la norma este mismo martes, dando paso a un periodo de enmiendas que Patxi López espera que sea lo más breve posible por la urgencia y sensibilidad del tema. De seguir los planes del PSOE, en dos o tres semanas el articulado estará listo para su ratificación definitiva en el Senado.

El consentimiento no se toca: así quedan las penas

Fuentes del Ministerio de Justicia valoran muy positivamente todos los elementos novedosos de la ley del solo sí es sí, a excepción de las rebajas de penas. Consideran un auténtico avance todos aquellos aspectos preventivos, de protección y de ayuda económica en todas las esferas, la educativa, laboral, de acompañamiento a las víctimas… No obstante, entienden la alarma y asumen que la ley no ha respondido a las expectativas. De ahí la modificación. Una modificación que respeta la unificación de los casos de abuso y agresión. Antes de la ley del solo sí es sí se establecían diferencias entre ambos, con la ley del solo sí es sí se integraron y la PL lo mantiene agrupado.

El consentimiento tampoco se toca, insisten fuentes de Justicia. Alegan que es el mayor avance y la gran novedad de la ley del solo sí es sí. Garantizan que una víctima nunca tendrá que probar que no hubo consentimiento porque si hay violencia, intimidación, anulación de la voluntad y/o abuso, se da por supuesto que no lo ha habido. Anteriormente, un agresor podía escudarse en que el acto fue consentido y al tratarse de delitos privados, en los que habitualmente no hay testigos, la mujer tenía que probar que no consintió, atravesando un auténtico calvario probatorio.

Al detectar que el problema era la rebaja de penas, desde Justicia creen que es necesario un reajuste de las mismas para adaptarlas a la gravedad, que quedará determinada por las circunstancias de cada hecho, de tal forma que la violencia sería un agravante. Básicamente, el Ministerio de Justicia recupera las horquillas de penas anteriores a la ley del solo sí es sí, sin modificar el consentimiento.

La PL de los socialistas añade un tercer punto al artículo 178 de tal manera que, “si la agresión sexual se hubiera cometido empleando violencia o intimidación sobre una víctima que tenga anulada por cualquier causa su voluntad, su responsable será castigado con la pena de uno a cinco años de prisión”. Este artículo preveía hasta ahora una horquilla de uno a cuatro años de prisión, lo que supone aumentarla por arriba en un año. En caso de que haya penetración vaginal, bucal y/o anal, las penas se elevarían de seis a 12 años, cuando con la ley del solo sí es sí era de cuatro a 12. Suben, en consecuencia, dos años. También se modifican las penas con agravantes. El retoque del PSOE al artículo 180 del Código Penal que recoge los agravantes (violaciones múltiples, agresiones a personas en situación de vulnerabilidad, relación de parentesco, uso de armas, violencia extrema, trato vejatorio etc.). La iniciativa establece penas de dos a ochos años para las agresiones sexuales sin penetración o acceso carnal, de cinco a 10 si la agresión se hubiera cometido empleando violencia o intimidación sobre una víctima que tenga anulada su voluntad; de siete a 15 años para las violaciones con agravante; y de 12 a 15 si la violación con violencia se produjo con la víctima con la voluntad anulada.

También varía el artículo 181, relativo a menores de 16 años. En caso de penetración, el responsable será castigado con penas de ocho a 12 años (sube en dos años la mínima, hasta ahora en seis); pero si hay violencia o intimidación, la pena a imponer estará entre los 12 y los 15 años (ahora estaba entre 10 y 15 años). Por último, en las agresiones sexuales a menores se excluye el tipo atenuado, cuando tengan anulada su capacidad.

Fuentes de Justicia admiten que la horquilla de penas básica (1-4 años) es la génesis del error, puesto que no es admisible que los delitos contra la libertad sexual de las mujeres conlleven condenas más bajas que un robo o delitos contra la propiedad. Asimismo, han criticado la última propuesta recibida desde el Ministerio de Igualdad, que sugería como solución elevar las penas mínimas. Según las fuentes de Justicia consultadas por este periódico, esto podría provocar penas desproporcionadas y teñir la ley de un carácter punitivista. En cualquier caso, desde el ala socialista del Gobierno hacen un llamamiento a su socio minoritario de sumarse en el periodo de enmiendas porque no es el momento de buscar culpables, sino soluciones, sin perder de vista el problema real (la rebaja de penas a agresores sexuales) ni mandar mensajes confusos.